Por @Alvy — 18 de Septiembre de 2022

Es difícil no compartir este vídeo del fotógrafo/videógrafo André Larsen que descubrí a través de un tuit @Rainmaker1973. Es una toma de una caída perfectamente controlada en vertical, de arriba a abajo, de los 828 metros del Burj Khalifa, el rascacielos más alto del mundo, con un dron controlado mediante un visor FPV (Vista en primera persona). A primera vista puede parecer un montaje, imágenes CGI (generadas por ordenador), un simulador, un videojuego o simplemente un fake. Pero no: es una toma real con una dron equipado con una cámara GoPro 10 de 4K.

La verdad es que Larsen es un hombre parco en explicaciones porque no acompaña de datos sus espectaculares tomas. Las comparte desde hace años en Youtube, Instagram y otras redes sociales. Por lo que he podido averiguar el vídeo Ganó uno de los premios del GoPro Million Dollar Challenge (unos 16.000 euros) y se publicó en el canal oficial, donde dijo que para él grabar en el Burj Khalifa es algo «cotidiano». Algunas otras tomas como esta nocturna siguiendo a unos tipos con wingsuits así lo atestiguan.

En Archyde citaban un artículo de la CNN Árabe en el que explicaba alguna cosa más, aunque allí hablan –quizá por la traducción– de un «avión» (no de un dron) lo cual es un poco mosqueante. Larsen por otro lado sólo suele hablar de «descensos» y «picados» (dives), y tampoco se especifica el modelo de dron o si es de construcción propia, aunque luego sí que habla de «gafas del dron». Pero según decían también en la CNN, Larsen trabaja en Dubai, en una de las más grandes empresas de drones de carreras, de modo que no es tan raro que se dedique a estas cosas… e incluso a estampar drones de vez en cuando. Así que podemos dar por sentado que es un dron.

Allí también explica que fue un poco complicado pilotarlo durante la caída porque había que ir ajustando las distancias, no simplemente «dejarlo caer», y que tuvo que estar tumbado en la hierba mientras el dron subía en vertical, apuntando a la antena del rascacielos. Se ve que en Dubai las leyes y normativas de seguridad sobre volar drones –y otros objetos/personas– son bastante laxas porque por allí hemos visto revolotear todo tipo de objetos y gente en aparatos a cuál más cafre.

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