Con ayuda de un Phantom 4 Pro Spencer Caron da cuenta de un enjambre de avispas que han construido una colmena bajo su antena parabólica. Es una especie de guillotina avispil, el Armagedón de los himenópteros.
No queda muy claro si las avispas son atraídas físicamente por la corriente de aire o por el ruido del dron, pero el caso es que se aproximan sin cautela hacia el cuadricóptero hasta ser eliminadas sin piedad por las hélices – de hecho casi todas salen rebotadas o caen fulminadas.
Aunque expeditivo es un método que parece un poco lento y que quizá podría alternarse o mejorarse con drones que llevaran botes de insecticida o algo así. El ingenio humano no tiene límites cuando se trata de inventar métodos de «control de plagas».