Por @Alvy — 1 de Junio de 2017

A este enjambre de cuadricópteros de la University of Southern California lo llaman cariñosamente Crazyswarm. Está compuesto de 49 pequeños drones Crazyflie 2.0, un pequeño pero poderoso ingenio volador que pesa tan solo 27 gramos y se vende por unos 180 dólares. (Así que el montaje del laboratorio son casi 9.000 dólares más los equipos de visualización y control).

La forma de mover la Crazyswarm al unísono en tan espectacular «danza» es mediante un sistema de captura de movimientos, similar a los que se utilizan para los VFX, que es capaz de guardar la posición exacta de cada cuadricóptero a cada instante. Mediante tres frecuencias de radio se envían a 100 Hz las órdenes para que los cuadricópteros realicen movimientos, aunque solo de forma «general»: cada cual debe realizar los cálculos de forma autónoma – como suelen hacer los drones para controlar sus hélices.

Para formar la pirámide o las letras del final del vídeo se utiliza un script en Python que envía los comandos a cada dron en secuencia. Los cálculos de las trayectorias incluyen desgajar las posiciones más convenientes mediante un polinomio de quinto grado para conseguir más suavidad en el movimiento.

En otra de las demos un voluntario se «enfrenta» al enjambre caminando tranquilamente; en este caso los sensores que lleva son los que indican su posición al sistema de control y éste aparta los drones convenientemente a medida que camina. Hubiera estado bien darles una orden del tipo Kill, Crazyswarm, Kill! – a ver qué pasaba. Sólo de pensarlo angustia un poco.

(Vía The Awesomer.)

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