La arcología es la combinación de arquitectura y arqueología, con el objetivo de construir edificios grandes, densos y optimizados para consumir la menor cantidad de recursos naturales posibles. Esto permite levantar ciudades que estén en armonía con los limitados recursos del planeta.
En este mini-documental de The Atlantic explica cómo es la vida de la ciudad experimental de Arcosanti (Arizona), construida según estos principios. [El vídeo está en inglés sin subtítulos.] Arcosanti lleva existiendo de un modo u otro desde 1970 y su creador, Paolo Soleri, la denomina «un laboratorio experimental».
El resultado es una peculiar mezcla entre una comuna hippie, una granja moderna, un Mad Max sin violencia y una comunidad un poco estilo La playa, pero donde conviven la tecnología moderna (incluyendo un laboratorio) los huertos y talleres junto con una piscina, zonas comunitarias y hogares confortables. Así a primera vista todo parecen ventajas y el resultado se ve agradable – cómo se sobrelleva el día a día habría que verlo.
Los habitantes de Arcosanti emplean técnicas de construcción, materias primas y procesos de fabricación tradicionales, incluyendo el reciclaje, la alfarería y el trabajo con el metal (hay una fundidora). Cuando se enfrentan a dos o más formas de obtener un mismo resultado eligen el óptimo teniendo en cuenta el «factor ecológico» y su impacto medioambiental, algo que muchas veces se olvida en las ciudades normales y corrientes que conocemos.