Por Nacho Palou — 21 de abril de 2008

Basura Espacial en Orbita Terrestre
Chatarra espacial en órbita terrestre baja (LEO) que llega hasta los 2000 km de altura.
Imagen ESA, Agencia Espacial Europea.

Space debris: evolution in pictures (Chatarra espacial: evolución en imágenes) es una galería de imágenes en las que se puede observar el problema de la basura espacial. Se calcula que el número de estos restos aumenta a ritmo de un 5% cada año y supone una amenaza creciente para los equipos y personas en órbita terrestre.

La Agencia Espacial Europea dispone de amplia información referente a la chatarra o basura espacial, compuesta principalmente por restos de naves y cohetes lanzados al espacio desde tierra, así como de satélites fuera de uso o averiados. Además hay otros muchos restos menores de entre menos de una micra y más de diez centímetros. Algunos de estos objetos son herramientas, bolígrafos, lámparas y otros elementos perdidos por los astronautas en misiones extravehiculares.

Basura Espacial cercana a la Tierra
Objetos en órbita alrededor de la Tierra.
La zona de mayor densidad es la circunferencia de a 36.000 km correspondiente a la órbita geoestacionaria, donde habitan la mayoría de los satélites de telecomunicaciones.
Imagen ESA / Agencia Espacial Europea.

La Space Debris Office (Oficina de Residuos Espaciales de la Agencia Espacial Europea) trabaja para concienciar a las agencias y operadores espaciales de la necesidad de reducir la cantidad de desechos que orbitan la tierra.

Gran parte de los restos proceden de explosiones, aunque cada vez más se incrementa el origen de restos menores procedentes de la colisión de objetos moviéndose a velocidades relativas entre sí de hasta 50.000 kilómetros por hora. El choque de un objeto a esa velocidad contra la Estación Espacial o cualquier otra nave tripulada pordría resultar una catástrofe.

Impacto Simulado partícula basura espacial
Pruebas en laboratorio del impacto entre una esfera pequeña de aluminio, de 1,2 cm de diámetro y 1,7 gramos moviéndose a 6,8 km por segundo contra un bloque de aluminio de 18 cm de grosor. En el punto de impacto se pueden dar condiciones de temperatura y presión mayores que las que se calcula hay en el centro de la Tierra, es decir, más de 5.700 grados C y 356 GPa.
Space debris: assessing the risk. ESA / Agencia Espacial Europea.


Heiner Klinkrad, director de la Oficina de Residuos Espaciales de la Agencia Espacial Europea, lo explica así de claro en ESA expert highlights space debris issues (Experto de la Agencia destacan cuestiones relativas a los desechos espaciales):

Si seguimos contaminando el espacio pondremos en peligro misiones de observación de la Tierra como las de los setélites de observación del clima y el medio ambiente ERS o Envisat, lo cual seá un verdadero problema. Este tipo de satélites normalmente orbitan a unos 800 km de altura, precisamente donde actualmente hay una gran cantidad de desechos espaciales y donde el riesgo de colisión es alto. Hemos de preservar el entorno espacial para el futuro. Si no hacemos nada ponemos en riesgo cualquier inversión actual y futura en el espacio, y corremos el riesgo de tener que reducir e incluso renunciar a realizar actividades de ningún tipo en el espacio.

La mayoría de estos desechos se vaporizarían en la atmósfera si cayesen hacia la Tierra, de modo que en este sentido no suelen suponer un peligro directo; aunque ya ha habido casos de chatarra espacial lo suficientemente grande como para no quemarse por completo en la atmósfera y golpear la superficie. Este fue el caso de la estación espacial Skylab cuyos restos alcanzaron zonas del Océano Índico y de Australia, donde el gobierno local multó a los EE UU por arrojar basura en suelo público.

En Space debris spotlight se puede ver una animación que abarca desde 1957 (lanzamiento del primer satélite artificial, el Sputnik) hasta el años 2000, que muestra la acumulación y distribución de los objetos catalogados.

También la NASA Orbital Debris Program Office (Oficina del Programa de Desechos Espaciales de la NASA) se dedica seguir los objetos en órbita y a estudiar las consecuencias y medidas a tomar para reducirlos.

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