Por Esther Celma Desde Italia e Inglaterra llegan dos iniciativas musicales, como mínimo curiosas, para luchar contra el cambio climático.
De una parte, según calcula Edison, la primera compañía eléctrica italiana, los alrededor de 50.000 conciertos que celebra Italia al año producen unas 45.000 toneladas de CO2. La cifra equivale, más o menos, a lo que emiten 22.500 vehículos en 10.000 kilómetros o lo que generan 6.000 familias de tres miembros. Esta cifra puede reducirse el 75% aplicando otros criterios en la potencia eléctrica, la iluminación y el transporte para acceder al concierto, y por ello Edison impulsa el programa Cambia la música.
La comunidad musical y los particulares pueden adherirse a través de Change de Music en MySpace “para reducir el impacto ambiental mientras se crea música o se escucha”. También se ha editado la Guía Verde de la Música (en italiano), con las propuestas para conseguir este objetivo.
De otra parte, el próximo 10 de julio se inaugurará en Londres la discoteca Surya Ecological Clubs, de la mano de club4 climate, organización presidida por el grecochipriota Andrew Charalambous, multimillonario del sector inmobiliario. Lo ha recogido la agencia Efe de la edición de ayer del Evening Standard. La pista se plantea parag enerar energía aprovechando el movimiento de los que bailan; los lavabos usarán agua reciclada y la entrada, que costará unos 12 euros, será gratis para los que demuestren que han llegado allí a pie, en bici o en transporte público.
Esther es periodista freelance. Corresponsal de El Vigía y adjunta de El Periódico en Tarragona. También colabora con TV3 y la Agencia Efe.