Simplificar la energía eólica y eliminar todo lo superfluo. Es el principio de la compañía Kitegen, que cambia las estructuras pesadas por cometas flexibles que generan energía al desenrrollarse y enrollarse. Una especie de yo-yo inverso.
Su tecnología se basa en centrarse en la parte más eficiente de una turbina convencional: las puntas (dibujadas en rojo). En el aire, las cometas vuelan a una altura de entre 800 y 1.000 metros. En el suelo, la maquinaria para generar energía. Entre ambas, líneas de alta resistencia que transmiten la tracción del cometa y también controlan su dirección y ángulo con el viento. El resultado: más ligero, más eficiente y más barato.
La compañía calcula que una de sus plantas con los cometas barriendo un área circular de 800 metros de diámetro pueden generar la misma energía que 150 turbinas de última generación en 40 kilómetros cuadrados. El coste de la energía así generada se sitúa en unos 0,03 euros por kWh y con perspectivas de abaratarlo.
Los límites teóricos se fijan en un anillo de aproximadamente 25 kilómetros de diámetro como base de cometas que vuelen hasta 10 kilómetros de altura y generen una potencia de más de 60 GW. De momento, sin embargo, las perspectivas son plantas mucho más pequeñas. Kitegen planea demostrar sus más de 20 patentes a finales del año que viene.
(Vía Clean Technica)