El artículo Why our sustainable energies are unsustainable publicado en New Scientist, explica algunas de las razones por las que energías aparentemente sostenibles o limpias -como la solar o los biocombustibles- deben evolucionar y desarrollarse aún mucho más antes de poder llegar a considerarse así.
Aunque el silicio [empleado en la fabricación de paneles solares] es el elemento más abundante en la corteza terreste, después del oxígeno, hace que las células solares sean relativamente ineficientes como para competir con la electricidad generada con combustibles fósiles, por lo que las células solares más efectivas dependen de materiales mucho menos abundantes que el silicio.
Uno de estos elementos imprescindibles hoy día es el indio, un metal parecido al aluminio aunque más cercano al zinc -de hecho una de sus fuentes de procedencia son los restos de extraer este otro metal. Su abundancia no es mayor que la de la plata (0,1 partes por millón) y se utiliza ampliamente en la fabricación de pantallas de cristal LCD, que actualmente deben reciclarse para mantener el equilbrio entre oferta y demanda. Se calcula que sólo hay para abastecer el mercado durante los próximos diez años.
Otro de estos elementos es el platino, considerado metal precioso, que de momento es el más probado y efectivo catalizador para obtener electricidad del hidrógeno en pilas de combustible. Es aún menos abundante que el indio con apenas 0,003 parte por millón.
El artículo termina refiriéndose a los actuales biocombustibles y el error que es actualmente considerar que son una alternativa sostenible y renovable porque dependen de la producción de cereales o alternativamente de maderas o algas cultivadas, recursos que de momento están lejos de ser siquiera medianamente sostenibles.