Por @Wicho — 16 de diciembre de 2022

Un Falcon 9 de SpaceX que ha despegado del Complejo de Lanzamiento Espacial 4E (Space Launch Complex 4E, SLC-4E) de la Base de la Fuerza Aérea de Vandenberg en California acaba de poner en órbita el satélite medioambiental SWOT, de Surface Water and Ocean Topography, Topografía de aguas superficiales y océanos). Su objetivo, como su propio nombre indica, es medir el agua en todo el planeta y observar como cambia con el tiempo.

Portada del libro en la que se ve un planeta en su centro al que se acerca una nave espacial desde arriba a la izquierdaSWOT es un proyecto de la NASA y el CNES, su equivalente francés, con la colaboración de la Agencia Espacial Canadiense (CSA) y de la Agencia Espacial del Reino Unido (UKSA).

Desde su órbita de 891 kilómetros de altitud y 78 grados de inclinación cubrirá el 86 % de la superficie de nuestro planeta con una frecuencia de revisita de al menos dos veces cda 21 días. SWOT será la primera misión que mida el agua en ríos, lagos y llanuras aluviales además de la de los océanos. Eso incluye zonas a las que es muy complicado, cuando no imposible, llegar físicamente para tomar medidas.

Para ello su instrumento principal es el Ka-band Radar Interferometer (KaRIn, Interferómetro de banda Ka), un radar capaz de medir la altura del agua con una precisión de poco más de un centímetro en los océanos y de 10 centímetros en tierra. Funciona emitiendo pulsos desde dos antenas montadas en los extremos de un brazo de 10 metros, pulsos que son reflejados por la superficie del agua y recibidos de vuelta por las antenas. Midiendo la pequeña diferencia de tiempo con la que llegan de vuelta las señales emitidas por ambas antenas y como interfiere una con la otra se calcula la altura del agua y la diferencia que hay entre unas zonas y otras.


Esquema del funcionamiento de KaRIN – NASA/CNES/CSA/UKSA

SWOT monta otro radar que apunta directamente hacia abajo y algunos otros instrumentos asociados como por ejemplo un receptor GPS y un reflector láser, entre otros, que le permiten medir su altitud exacta en cada momento. Eso es algo fundamental para mantener la precisión en las mediciones que hace.

Se espera que los datos que obtenga ayuden en asuntos como la gestión del aprovechamiento compartido del agua; obtener previsiones meteorológicas y climáticas más precisas; la gestión del agua dulce para consumo urbano, industrial y agrícola; la mejora del modelado de las inundaciones; el estudio de la dinámica de los océanos en las costa; y la reducción del riesgo medioambiental y contribuir a la elaboración de políticas públicas.

El mástil de KaRIN debería quedar desplegado en menos de una semana. A partir de ahí vienen aproximadamente seis meses de pruebas antes de que SWOT entre en servicio. La idea es que esté en activo al menos tres años. Los datos que recoja, unos 8 terabits por día, que serán más precisos que los de otras misiones similares anteriores, serán públicos.

Según cuenta el CNES, SWOT será el primer satélite capaz de hacer una reentrada atmosférica controlada al final de su vida útil, según lo estipulado la nueva Ley de Operaciones Espaciales de Francia, que entró en vigor en 2020 para hacer frente al creciente problema de la basura espacial.

La primera etapa del Falcon 9 que lo ha puesto en órbita, que volaba su sexta misión, ha aterrizado sin problemas de vuelta en la Zona de aterrizaje 4 de Vandenberg, con lo que podrá volver a ser utilizada. La idea es pescar de la superficie del mar las dos mitades de la cofia protectora para que también vuelvan a volar.

La misión no tiene cuenta en Twitter, pero @NASAEarth, la cuenta del programa de observación terrestre de la NASA, es una buena opción para estar al tanto de su actividad. Aunque lo que sí tiene es un blog, lo que con los tiempos que corren no es mala idea.

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