Por Esther Celma Matavenero es una de las ecoaldeas más famosas de Europa. Situado en el Bierzo leonés, en una zona montañosa y con accesos complicados, sus origenes son curiosos.
La fundaron activistas del movimiento alternativo del Arco Iris de distintas nacionalidades entre finales de los 80 y principios de los 90. Eran personas muy distintas, pero con motivaciones y objetivos similares. La ideología de las ecoaldeas la expresó muy bien el ex ingeniero de la NASA Robert Melder:
Una “ecoaldea” es la escala humana, un lugar donde conoces a los demás, un “asentamiento integral”, no sólo una estructura de viviendas, agrícola o empresarial sino todo ello a la vez, un asentamiento donde las actividades humanas están integradas en el medio natural de manera inocua.
Con los años, han nacido más de 40 niños en Matavenero. Se ha montado una escuela libre, una guarderia, una panaderia, una tienda, un pequeño restaurante, una casa comunitaria o lugar de reuniones y varios pequeños negocios de artesanía y cultura. El agua proviene de dos fuentes del bosque, la energía, de placas solares y el aspecto de Mataveneros tiene aires élficos. El respeto por el bosque es total. Aviso para los románticos: aprender a vivir en comunidad sin renunciar a lo individual y en plena montaña no es bucólico, es duro.
Una ecoaldea no es una comuna, sino una comunidad que elabora sus propias normas. No todo el mundo tiene suficiente madera para vivir así. Un detalle muy significativo: en las fiestas, no falta nadie, pero los días de consejo -el de la toma de decisiones- y algunos de trabajo suelen faltar más o menos la mitad de los vecinos.
Los habitantes de Matavenero tienen una forma muy simpática de explicar cómo funcionan: un cómic. Seguramente tendrán muchas visitas este verano. Preparan el encuentro de la Red Ibérica de Ecoaldeas. Valdrá la pena conocer las conclusiones.
Esther es periodista freelance. Corresponsal de El Vigía y adjunta de El Periódico en Tarragona. También colabora con TV3 y la Agencia Efe.