Un reciente estudio de investigadores de la Wayne State University sobre los efectos de las señales de 884 MHz de los teléfonos móviles GSM (uno de los sistemas de telefonía móviles, el usado en Europa concretamente) parece indicar que hay indicios de que los móviles perjudican el buen sueño. Y no es, precisamente, porque se pongan a sonar los politonos en mitad de la noche (como bromeaban en Neatorama).
El estudio consistía en tres horas de exposición a la señal común de los teléfonos móviles mientras se analizaban electroencefalogramas de las distintas fases del sueño. En los sujetos que eran expuestos a la señales (según se ve en una foto del estudio, a menos de un metro) se observaban posteriormente anomalías en ciertas componentes del descanso, especialmente las relacionadas con la recuperación del cansancio diario. Algunas de esas personas posteriormente padecían también de dolores de cabeza.
Curiosamente, los sujetos no eran conscientes de cuándo en el experimento había una señal de móvil real o no: parecía afectarles sin que pudieran percibirlo conscientemente. Esto sucede con otros efectos similares que pueden afectarnos, pero que no se aprecian con ninguno de los cinco sentidos.
El estudio completo puede leerse aquí:
- The Effects of 884 MHz GSM Wireless Communication Signals on Self-reported Symptom and Sleep (EEG)- An Experimental Provocation Study por Bengt B. Arnetz, Torbjorn Akerstedt, Lena Hillert, Arne Lowden, Niels Kuster y Clairy Wiholm (Wayne State University).
Actualización (2015): Nuevos estudios más completos (del tipo «doble ciego») han descartado esta influencia: los sujetos solo parecen notar molestias cuando saben que hay un teléfono cerca, no cuando ignoran si hay un terminal cerca o si está encendido o apagado. Aquí puede leerse el estudio completo: Bio Electro Magnetics, vol. 35, enero 2015; Aggregated data from two double-blind base station provocation studies comparing individuals with idiopathic environmental intolerance with attribution to electromagnetic fields and controls.