Una de las medidas firmadas por Barack Obama para facilitar la independencia energética de EE.UU. ha sido obligar a los fabricantes a que en 2020 todos los coches tengan un rendimiento de 35 MPG (millas recorridas por galón de gasolina, el equivalente a 6,7 litros a los 100 kilómetros en Europa.)
Me hizo gracia ver el dato porque al mismo tiempo también la vi mencionada en ¿Quién mató el coche eléctrico?, un excelente documental de 2006 donde se cuenta la rocambolesca historia de los coches eléctricos en un mundo dominado por el petróleo gasolina, los intereses industriales y las leyes que no está muy claro a quien benefician.
En el documental se menciona que una propuesta que se manejó hace años era precisamente aumentar el rendimiento obligatorio de los vehículos convencionales a 40 MPG (5,8 litros a los 100 Km) y se afirma que se había calculado que serviría para ahorrar al cabo de un año tanto petróleo como el que se consume en todos los Estados Unidos en un día, que es alrededor de 20 millones de barriles.
La cifra de Obama, vista en perspectiva, se queda muy corta y a un plazo demasiado lejano, aunque también podría decirse que al menos es un buen comienzo.