Muchos -si no la mayoría- de nuestros gadgets estropeados o jubilados terminan siendo reciclados en países asiáticos en condiciones deplorables para las personas que trabajan en ello y no siempre de la forma más adecuada desde el punto de vista medioambiental.
Pero la mala prensa que eso genera, nuevas leyes más estrictas, y el empeoramiento generalizado de las condiciones económicas están haciendo que se recurra cada vez más al reciclado doméstico y responsable, lo que además también ahorra dinero.
En Where Gadgets Go to Die: Facility Strips, Rips and Recycles hay una impresionante galería fotográfica de una visita a una planta de Sims Recycling Solutions en California, en la que se puede ver qué hacen con los cerca de 75.000 kilos de cacharros electrónicos de todo tipo que reciben cada día en un proceso parcialmente manual y parcialmente mecánico.
El proceso comienza con la separación manual de los dispositivos que contienen metal de los que no
Las trituradoras se encargan de trocear los metales, que luego son separados por distintos medios mecánicos
Acero listo para ser reutilizado
Ordenadores, monitores, cintas de copias de seguridad, CDs, cámaras de fotos... Todo se recicla en metal, cristal, plástico, y otros materiales son también separados y enviados a reciclar; incluso se extraen unas 4 y 12 onzas de oro por cada tonelada de materiales procesados.
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