El proyecto Human Power Plant consiste en investigar las posibilidades de reducir la demanda de energía y –por qué no– crearla humanamente cuando se necesita. En cierto modo es como construir una pequeña planta energética humana donde todo funciona a pedales y mecanismos que de un modo u otro generan energía.
Ya hay varias versiones en forma de prototipos, instaladas en almacenes semiabandonados. Los ingenios parecen sacados de una película apocalíptica estilo Mad Max: barras metálicas, aparatos que parecen de gimnasia, tanques de agua.
Combinados con un toque artístico algunos producen sonidos que luego se convierten en música, lo que le da un toque happyflower al asunto. La idea es acabar construyendo un edificio completo alimentado por energía humana, con 750 habitaciones divididas en decenas de plantas. Allí la gente en vez de hacer gimnasia para ponerse mazaos lo haría por necesidad imperiosa para recargar sus móviles o hacer funcionar los ordenadores o el microondas.
Además de eso, todo reciclaje y reutilización se considera bueno: duchas comunes, lavaderos de ropa compartidos… Hasta los desechos se enviarían al sótano para, junto con los excrementos y resto de inmundicias ser convertidos en biogás. El edificio de momento sólo está en Photoshop, y tiene una pinta un tanto extraña, con caras felices en salas en las que la gente es tratada como los hamsters. Veremos a dónde son capaces de llegar.