Por @Wicho

Captura de pantalla de la web de Artemisa con su descripciónDentro de la campaña de la administración Trump por eliminar todo lo que suene a inclusión de algún modo la descripción del programa Artemisa ya no habla de llevar una mujer y una persona de color a la superficie de la Luna. No hay, eso es cierto, ningún anuncio de que esto no vaya a seguir siendo así. Pero el hecho es que ya no lo mencionan.

Lo que no deja de ser curioso porque el programa Artemisa fue creado por el presidente Trump durante su primer mandato. Fue anunciado en mayo de 2019 con el objetivo de llevar una misión tripulada a la superficie de la luna antes de que terminara 2024, lo que ya entonces dije que era imposible. Y otros de los objetivos expresos eran llevar a una mujer y a una persona de color en esa primera misión de retorno a nuestro satélite.

Aunque tampoco tengo claro qué va a suponer este cambio porque no hay manera de que la NASA ponga una misión tripulada sobre la superficie de la Luna antes de finales de 2028, cuando Trump debería estar de salida de la presidencia de los Estados Unidos. Y esta vez para siempre. De hecho la agencia ya lleva algún tiempo pensando en alternativas para esa misión.

Pero tampoco tengo claro, de hecho, que el programa Artemisa vaya a sobrevivir, al menos en su forma actual, a Trump, Elon Musk y el más que probable nombramiento de Jared Isaacman como administrador de la NASA. Es una persona sin duda apasionada por la exploración espacial. Pero al tiempo carece de la experiencia política necesaria para gestionar la agencia. Y es muy colega de Musk. Así que dudo que vaya a ser capaz de ponerle freno a las ideas brillantes de Trump y Musk. Y no creo que eso vaya a terminar bien.

En cualquier caso, por ahora la NASA sigue adelante con los preparativos para lanzar la misión Artemisa II, en la que una tripulación formada por tres astronautas de la NASA y uno de la Agencia Espacial Canadiense sobrevolará la Luna. En teoría en abril de 2026, aunque como todo el programa ya lleva años de retraso. Así que apostaría que tampoco despegará en abril de 2026.

Otro día retomamos el asunto de que a pesar de que la Agencia Espacial Europea (ESA) fabrica el módulo de servicio sin el que la cápsula Orión del programa Artemisa no sirve para nada aún no tenga ninguna plaza asegurada a la superficie de la Luna.

Claro que si se cargan el programa por las ansias de Musk de ir a Marte tampoco importará mucho.

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Por @Wicho

La descripción
El primer Spectrum en el Centro de Lanzamiento de Andøya bajo una, esperemos, auspiciosa aurora boreal – Isar Aerospace, Robin Brillert - Wingmen Media

Todo está listo en el Centro de Lanzamiento de Andøya para que Isar Aerospace intente el primer lanzamiento de su cohete Spectrum. Es un intento doblemente relevante porque no sólo es la primera vez que una empresa privada europea va a intentar un lanzamiento orbital sino que también es la primera vez que se va a intentar un lanzamiento orbital de cualquier tipo desde Europa continental.

De hecho el equipo hizo un primer intento para lanzarlo en una ventaba que iba de las 12:30 a las 15:30, horario peninsular español (UTC +1) de hoy mismo, 24 de marzo de 2025. Pero aunque completaron sin mayores problemas la carga de propelentes en el cohete los vientos reinantes obligaron a cancelar el lanzamiento. Estamos a la espera de que anuncien la ventana para el siguiente intento.

Parche de la misión con un Spectrum en primer plano y la Tierra al fondo; también están los nombres de la empresa y del espaciopuertoIsar Aerospace, fundada en 2018, es una de las empresas europeas del llamado «nuevo espacio» que buscan ofrecer una alternativa a los lanzadores institucionales tanto en disponibilidad como en capacidades y precio.

Su cohete es el Spectrum, que mide 28 metros de largo y dos de ancho y consta de dos etapas fabricadas en compuestos de carbono. La primera monta nueve motores Aquila; la segunda uno. Son motores que, igual que el resto del cohete, han sido desarrollados por la empresa. Utilizan propano y oxígeno líquidos como propelentes. El motor de la segunda etapa puede hacer múltiples encendidos, lo que permite al Spectrum colocar cargas útiles en distintas órbitas.

Con una capacidad de 1.000 kilos a órbita baja terrestre y de 700 kilos a órbita sincrónica al Sol el Spectrum está diseñado para lanzar satélites pequeños, ya sea en lanzamientos dedicados o compartidos. Desde Andøya, debido a su elevada latitud, a órbitas polares o sincrónicas al Sol. Pero Isar Aerospace tiene un acuerdo con el espaciopuerto europeo de Kourou para poder lanzar desde allí, lo que le permitiría llegar a órbitas ecuatoriales o de baja inclinación. Es un acuerdo similar al que tiene la española PLD Space que también le permitirá hacer lanzamientos desde allí.

Isar Aerospace y PLD están también el el grupo de empresas seleccionadas por la Agencia Espacial Europea para la Flight Ticket Initiative (FTI) junto con Arianespace (Francia), Orbex Space (Reino Unido) y Rocket Factory Augsburg (Alemania).

Aunque en este primer lanzamiento, bautizado como Going Full Spectrum, que en principio ya iba a llevar algunas cargas útiles, al final Isar Aerospace ha optado por lanzar el cohete vacío. Así, su objetivo es conseguir colocar la segunda etapa en una órbita de 95 grados de inclinación. Aunque para que eso suceda por el camino tienen que conseguir un despegue correcto, la separación de las etapas y el encendido del motor de la segunda, y la posterior separación de la cofia protectora. Lo que no está nada mal para un primer lanzamiento.

Pero no han dicho nada de un segundo encendido para deorbitar la segunda etapa, con lo que en principio quedará como un resto más de basura espacial, lo que va contra los objetivos y acuerdos modernos al respecto.

Este lanzamiento y los esfuerzos de otras empresas del citado nuevo espacio ya me parecían importantes antes por los ya citados motivos de ofrecer una alternativa a los lanzadores institucionales tanto en disponibilidad como en capacidades y precio. Pero visto lo visto desde que Donald Trump ha empezado su segundo mandato como presidente de los Estados Unidos a todo esto se añade un factor que previsiblemente será cada vez más importante en los próximos años: la independencia europea en cuanto al acceso al espacio.

De hecho la Agencia Espacial Europea, si no lo retrasa de nuevo, prevé lanzar por fin esta semana una petición de propuestas para la European Launcher Challenge, que tiene por objeto apoyar el desarrollo de capacidades de lanzamiento soberanas y, en última instancia, de un sucesor de Ariane 6.

Así que en esta casa estamos cruzando todos los dedos de las manos y los «pieses» para que todo le vaya muy bien a Isar Aerospace.

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Por @Wicho

Esta mañana SpaceX ha lanzado la misión NROL-57 desde el Complejo de Lanzamiento Espacial 4 Este (SLC-4E) en la Base Espacial Vandenberg en California. Iban a bordo un número no desvelado de satélites Starshield. Pero lo relevante es que la empresa ha establecido un nuevo récord al reutilizar un cohete en nueve días y unas horas.

Y es que la primera etapa del Falcon 9 que lanzó la misión es la B1088, la misma que el pasado día 12 lanzaba el observatorio SPHEREx y la misión PUNCH para la NASA. Así que, para ser exactos, ha volado 9 días, 3 horas, 39 minutos después de su anterior lanzamiento. El récord anterior estaba en 21 días.

Obviamente ha ayudado mucho que en el anterior lanzamiento la B1088 volviera a la Zona de Aterrizaje 4 (LZ 4) de Vandenberg y no a una de las barcazas flotantes de la empresa que se utilizan con lanzamientos más exigentes que no permiten que la primera etapa vuelva a tierra.

Falta aún que veamos una reutilización en menos de 24 horas pero estoy dispuesto a creer que esa es una de las pocas promesas hechas por Elon Musk que podríamos llegar a ver cumplida.

Este nuevo récord de reutilización se une al del número de lanzamientos de una primera etapa, actualmente en posesión de la B1067 con veintiséis lanzamientos. Y contando.

Tras cumplir su misión la B1088 aterrizó en la LZ 4, así que también podrá seguir acumulando lanzamientos.

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Por @Wicho

La Agencia Espacial Europea acaba de publicar el primer conjunto de datos del telescopio espacial Euclid. No son suficientes todavía como para permitirnos avanzar en las cuestiones que Euclid tiene como objetivo principal de su misión. Pero han servido para la publicación de 34 trabajos científicos en distintos campos y para comprobar el funcionamiento tanto del telescopio en sí como de sus instrumentos y del sistema de inteligencia artificial que permite seleccionar las imágenes que va obteniendo.

Euclid nos va a permitir expandir nuestro conocimiento acerca de cómo se ha expandido el universo y cómo ha evolucionado su estructura a gran escala durante su historia, siempre con la idea de que partir de esto podremos aprender más acerca de la naturaleza de la energía y la materia oscuras, lo que es el objetivo último de la misión.

Pero por ahora, como decía arriba estamos pudiendo comprobar la resolución y estabilidad de las observaciones y la sensibilidad de sus detectores, que nos van a proporcionar el mapa más detallado del cielo que nunca hayamos tenido. Aunque para eso antes ha habido que librarse de una finísima capa de hielo –más fina que una cadena de ADN– que impedía que el telescopio rindiera al 100 %.

Aunque antes de eso hubo que solucionar un problema con el sensor de guiado, que no era capaz de seguir las estrellas en las que tenía que fijarse para mantener estable el telescopio, con el resultado de que sólo veía líneas onduladas. Afortunadamente una actualización de software solucionó el problema.


Esto es lo que veía Euclid durante los peores momentos con el FGS – ESA

Por otro lado, una vez comenzadas las primeras observaciones de prueba, el equipo de la misión descubrió que se colaba luz indeseada en el instrumento VIS y que los rayos X emitidos por las erupciones solares afectan más a los sensores del observatorio de lo que estaba previsto.

Estos dos últimos problemas han sido solucionados volviendo a programar la secuencia de exploración del universo que seguirá Euclid. El truco está en que haya más solapamiento entre observaciones adyacentes. Eso hace que el proceso sea algo menos eficaz pero permite alcanzar todas las zonas necesarias del cielo con una pérdida mínima.

La descripción
Los Campos profundos de Euclid Norte, Fornax y Sur – Agencia Espacial Europea

Este primer conjunto de datos se corresponde con observaciones de las tres zonas en amarillo que se ven en la imagen que precede a este párrafo durante una semana. Cubren un área equivalente a 300 veces la de la Luna llena y en esos datos hay imágenes de unos 26 millones de galaxias. Las más lejanas se encuentran a 10.500 millones de años luz de distancia. También hay unos cuantos cuásares aún más lejanos.

Con lo que vamos viendo por ahora se pueden ir intuyendo los filamentos que forman la red cósmica en la que se distribuyen las galaxias y también las zonas vacías de esta red. El mapa en tres dimensiones que creará Euclid servirá para ver cómo influyen la energía y materia oscuras en esto, lo que debería ayudarnos a entenderlas mejor.

La descripción
112 lentes gravitacionales de las encontradas en estas primeras observaciones – Agencia Espacial Europea

Una sorpresa ha sido la cantidad de lentes gravitacionales que aparecen en las imágenes, muy superior a la esperada. El equipo de la misión cree que nos permitirá aumentar en al menos un orden de magnitud el número de ellas que tengamos fichadas cuando Euclid termine los seis años de observaciones de su misión.

Todo esto ha sido posible gracias al sistema de inteligencia artificial «Zoobot» que ha sido entrenado para clasificar las imágenes automáticamente gracias a la participación de casi 10.000 personas voluntarias que le han ido contando qué se ve en unas 380.000 galaxias. Con esto la selección de según qué tipos de galaxias es un proceso automático que facilitará sacarle jugo a los datos de Euclid. Y menos mal, porque produce del orden de 100 GB de datos cada día.

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