Por @Wicho — 14 de Diciembre de 2022

Eugene Cernan en la superficie de la Luna durante uno de los paseos espaciales de la misión. Está cerca del borde de un cráter y frente a unas colinas que se ven al fondo. Se le ve pequeño en el encuadre, lo que da una idea del aislamiento en el que estaban él y su compañero Harrison Schmitt
Eugene Cernan durante uno de los paseos espaciales sobre la superficie de la Luna de la misión – NASA

A las 23:54, hora peninsular española, del 14 de diciembre de 1972 el módulo de ascenso del módulo lunar Challenger de la misión Apolo 17 de la NASA despegaba de la superficie de la Luna con Eugene Cernan y Harrison Schmitt a bordo. Las casi 22 horas que ambos pasaron sobre la superficie de nuestro satélite durante su misión son la última vez que alguien la ha pisado desde entonces. Hoy hace 50 años de ello.

Cernan, a quien de se ve de cintura par arriba y está a la derecha de la imagen, tiene en las manos la cubierta que tapaba la placa, que va fijada en la pata del módulo lunar sobre la que está la escalera por la que se baja y sube a y desde la superficie
Eugene Cernan destapando la placa conmemorativa de la misión, cuyo texto principal dice «Aquí la humanidad completó sus primeras exploraciones de la Luna. Diciembre de 1972, A.D. Que el espíritu de paz en el que vinimos se refleje en la vida de toda la humanidad» – NASA

El último de sus paseos espaciales por la superficie de nuestro satélite había terminado a las 6:40 de ese mismo día. Justo antes de subir por la escalera Cernan, el comandante de la misión, dijo estas palabras:

Estoy en la superficie; y, mientras doy el último paso del hombre desde la superficie, de vuelta a casa durante algún tiempo -pero creemos que no demasiado en el futuro- me gustaría simplemente (decir) lo que creo que la historia registrará. Que el reto de América de hoy ha forjado el destino del hombre de mañana. Y, al dejar la Luna en Taurus- Littrow, nos vamos como vinimos y, si Dios quiere, como volveremos, con paz y esperanza para toda la humanidad. Buena suerte a la tripulación del Apolo 17.

Probablemente ni él ni nadie esperaban que ese «algún tiempo« fuera más de medio siglo. Pero por una curiosa coincidencia cósmica justo estos días terminaba la misión Artemisa I, que es un primer paso para que la humanidad vuelva a la Luna, aunque en esta ocasión como un proyecto internacional en lugar de un proyecto estadounidense.

Y para cuando volvamos una mujer y una persona de color formarán parte de la tripulación de esa misión, que en principio será la Artemisa III. Con un poco de suerte, antes de que termine esta década.

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