XCOR, la empresa que desarrollaba el avión suborbital biplaza Lynx –del que veo con sorpresa que no habíamos hablado nunca– se ha quedado sin dinero, con lo que ha tenido que despedir a todos sus empleados. Sólo quedan «a bordo» los directivos, aunque seguirán encargando trabajos puntualmente a algunos de sus empleados con la idea de intentar conseguir financiación que les permita resucitar… algo extremadamente improbable, en mi opinión.
Con un techo máximo de 107 km el Lynx tenía como modelo de negocio el turismo espacial, la realización de experimentos en caída libre, o el lanzamiento de cargas para la NASA u otras agencias funcionando como primera etapa, pero XCOR nunca consiguió ningún contrato de ninguna agencia.
Todo lo más consiguió formar parte de la campaña publicitaria de la AXE Apollo Space Academy, que ahora se queda sin vehículo, aunque en realidad nunca lo tuvo porque al Lynx siempre le faltó mucho para convertirse en algo más que unos planos y unos cuantos componentes.
De hecho XCOR ya había dejado de trabajar en él, aunque en teoría sólo temporalmente, en 2016 para concentrarse en desarrollar su motor cohete bajo un contrato con la United Launch Alliance, lo que fue demasiado poco demasiado tarde.