Por @Wicho — 21 de junio de 2018

Lo habitual es que cuando un satélite artificial está listo para ser enviado al lugar desde el que va a ser lanzado el transporte se haga en avión, por aquello de que es el método de transporte más seguro y, además, el más rápido, en especial cuando el satélite va a ser lanzado desde el otro lado del Atlántico respecto a donde ha sido construido.

Pero el satélite Aeolus de la Agencia Espacial Europea, que tiene programado su lanzamiento para el 21 de agosto desde el Espaciopuerto de Kourou a bordo de un cohete Vega, va a viajar en barco desde Francia hasta allí, aunque le llevará doce días llegar en lugar de unas horas. El motivo es que ALADIN, su instrumento, es sensible a los cambios de presión y los técnicos de la agencia temen que de viajar en avión si este tuviera que realizar un descenso brusco el aumento de la presión lo podría dañar.

Aeolus embarcando

ADM-Aeolus, de Atmospheric Dynamics Mission Aeolus, Misión de Dinámica Atmosférica Aeolus, tiene como objetivo medir la velocidad del viento desde la superficie de la Tierra hasta una altitud de 30 kilómetros. También podrá dar información acerca de partículas en suspensión y las nubes.

Puede resultar chocante pensar en lanzar un satélite a medir la velocidad del viento, pues estamos relativamente acostumbrados a ver anemómetros en muchos lugares… pero en realidad no tenemos ni idea del viento que hace en la mayor parte del planeta porque no hay muchos anemómetros fuera de las ciudades. Y de los desiertos, los océanos o los casquetes polares ya ni hablamos.

Así que Aeolus tomará hasta 64.000 mediciones al día del viento sobre la superficie de todo el planeta, mediciones que se incorporarán prácticamente en tiempo real a los modelos que manejan loa meteorólogos para ver si así somos capaces de predecir mejor el tiempo. También ayudarán para intentar entender mejor el funcionamiento de la atmósfera y el calentamiento global.

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