Por @Wicho — 14 de julio de 2022

La Agencia Espacial Europea (ESA por sus siglas en inglés) por fin ha podido estrenar el cohete Vega-C, que levó a cabo su primer lanzamiento a primera hora de la tarde del 13 de julio de 2022. En desarrollo desde 2014 y con los consabidos retrasos, aumentados además por la pandemia de Covid-19, la C de su nombre es de Consolidación. Y es que es una mejora del Vega, que entró en servicio a su vez en 2012. Fue el lanzamiento número 21 de un Vega, que acumula 19 misiones con éxito y dos fracasos en su carrera.

El Vega-C es capaz de colocar hasta 2,3 toneladas en una órbita polar de 700 kilómetros frente a las 1,8 de su predecesor. Dispone también de una cofia más grande, con lo que el volumen disponible ahora es el doble.

Esto es posible gracias a una primera y segunda etapas nuevas y a una cuarta etapa mejorada; sólo la tercera etapa es la misma que la del Vega. La primera etapa del Vega-C, la P120C, es, de hecho, el mismo motor que usará el Ariane 6 como propulsor extra. Eso supone un ahorro de costes y simplifica los procesos industriales. La cuarta etapa, conocida como AVUM+, tiene más capacidad de combustible que la AVUM

Infografía comprativa de los Vega, Vega–C y Vega–E – ESA
Comparativa de las principales características de los Vega, Vega–C y Vega–E – ESA (haz clic en la imagen o pulsa en ella para verla en grande)

Así, el Vega-C puede poner en órbita satélites más grandes, dos cargas útiles principales o puede acomodar varios configuraciones para lanzamientos compartidos. Será también el cohete encargado de lanzar el avión espacial Space Rider de la ESA y los satélites del programa Copérnico de observación terrestre que se lancen en el futuro.

La carga útil principal del lanzamiento de ayer fue el satélite LARES 2 de la Agencia Espacial Italiana, que se puede describir sin apartarse mucho de la realidad como una bola de discoteca espacial: es una esfera de 36,4 centímetros de diámetro recubierta de reflectores láser que se usará para medir ciertos aspectos de la teoría general de la relatividad de Albert Einstein. En una curiosa coincidencia el vuelo inaugural del Vega sirvió para poner en órbita el LARES.

LARES 2 en un banco de trabajo durante los preparativos para su lanzamiento – ESA/CNES/ArianeSpace/Optique video du CSG/P. Baudon
LARES 2 en un banco de trabajo durante los preparativos para su lanzamiento – ESA/CNES/ArianeSpace/Optique video du CSG/P. Baudon

Le acompañaban seis CubeSats de distintas instituciones eslovenas, francesas e italianas:

  • ALPHA explorará los fenómenos relacionados con la magnetosfera de la Tierra, como las auroras boreales y australes, y demostrará las tecnologías diseñadas para mitigar los efectos de la radiación.
  • AstroBio probará una solución para detectar biomoléculas, una tecnología que podría ayudar a monitorizar la salud de los astronautas y buscar signos de vida durante las misiones de exploración planetaria.
  • Celesta estudiará los cortocircuitos de sistemas electrónicos causados por partículas energéticas y comparará el entorno de radiación en órbita con el producido en la cámara de radiación CHARM del CERN.
  • Greencube lleva un experimento para cultivar plantas en microgravedad, junto con sensores y una cámara interna para controlar la salud de estos «microvegetales».
  • MTCube-2 expondrá diferentes tipos de memoria flash al entorno de la radiación espacial, a la vez que controlará los errores y emitirá mensajes a la comunidad de radioaficionados.
  • Trisat-R pretende mejorar la modelización de la radiación espacial y demostrar las técnicas de protección de los componentes electrónicos de altas prestaciones.

Junto con el Ariane 6, cuyo primer lanzamiento está previsto para principios de 2023, serán los dos cohetes que cubran todas las necesidades de la Agencia Espacial Europea y sus países miembros, en especial ahora que debido a la invasión rusa de Ucrania ya no se lanzan Soyuz desde el espaciopuerto europeo en Kourou.

Por cierto que, hablando de la invasión de Ucrania, la etapa superior del Vega–C utiliza un motor RD-843 que es fabricado por Yuzhmash… en Ucrania. Avio, que es quien ensambla la etapa AVUM+ en Italia, tiene suficientes motores para los lanzamientos previstos hasta finales de 2023. Pero más allá de eso, habrá que ver cómo evoluciona la guerra entre Rusia y Ucrania.

Para 2026 está prevista la entrada en servicio del Vega–E, de evolución. En él la tercera y cuarta etapa serán sustituidas por la etapa superior que usará oxígeno líquido y metano líquido como propelentes. Esta variante ofrece aún más flexibilidad que Vega-C, incluyendo la posibilidad de colocar distintas cargas útiles en distintas órbitas.

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