Por @Wicho — 29 de marzo de 2016

En 4K, para uso y disfrute de todos los espaciotrastornados del mundo, un time lapse del proceso de integración de la Trace Gas Orbiter y el aterrizador Schiaparelli, el traslado del Protón M que los lanzó a la plataforma de lanzamiento, la erección de este, y el lanzamiento propiamente dicho.

Si todo va según lo previsto las dos llegarán a Marte el 19 de octubre de 2016, una para quedarse en órbita y la otra para aterrizar.

la TGO estudiará la atmósfera de Marte, con especial énfasis en el metano metano, ya que es un gas que en la Tierra asociamos con actividad biológica y geológica –aunque eso no quiere decir ni remotamente que hayamos detectado vida en Marte– y cuya cantidad en la atmósfera marciana varía; otro objetivo será fotografiar la superficie de Marte para ayudar a escoger el sitio de aterrizaje del rover.

El objetivo de Schiaparelli, sin embargo, es demostrar que el método que la Agencia Espacial Europea y Roscosmos quieren usar para el aterrizaje del rover de ExoMars 2018 lo colocará en la posición y a la velocidad adecuada sobre la superficie de Marte, así que su misión será efímera, pues una vez que haya aterrizado sus instrumentos de a bordo le permitirán medir la velocidad y dirección del viento, su humedad, la temperatura y la presión atmosférica en la superficie, y la transparencia de la atmósfera, así como medir campos eléctricos en la superficie de Marte… Pero sólo por unos días, hasta que se agoten sus baterías.

Muchos años de trabajo de científicos, ingenieros, técnicos y otros empleados de la ESA y Roscosmos y de sus subcontratistas resumidos en apenas tres minutos.

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