Por @Wicho — 15 de marzo de 2022

Era la segunda misión con una carga útil real de un Rocket 3 de Astra. Y tras la supuesta separación de las cargas útiles hubo unos largos minutos de silencio en la retransmisión en directo, que de hecho terminó sin que se confirmara el éxito o no de la misión. Pero al cabo de un rato la empresa confirmaba el éxito de la misión. Lo que es todo un alivio porque su primer lanzamiento real, hace poco más de un mes, fracasó.

Ese lanzamiento falló por dos causas. La primera es que los cables que tenían que haber detonado las cargas explosivas que tenían que haber producido la separación de la cofia protectora estaban conectados de forma incorrecta, de tal manera que las cargas se dispararon en el orden equivocado. Eso fue porque los planos con el diseño del cableado estaban mal y nadie comprobó dónde terminaban esos cables, sólo que funcionaban. La otra causa vino dada por un fallo en el software de a bordo que hizo que no se activara el guiado de la segunda etapa.

Pero ambos fallos han sido corregidos y todas las cargas útiles del lanzamiento de hoy están ya en comunicación con sus respectivos controles de la misión tras un lanzamiento que ha seguido perfectamente la trayectoria programada.

El Rocket 3.3 LV009 en la plataforma de lanzamiento – Astra
El Rocket 3.3 LV009 en la plataforma de lanzamiento – Astra

Las cargas útiles eran el demostrador tecnológico S4 Crossover de NearSpace Launch, que aunque no está diseñado para separarse de la segunda etapa del cohete es totalmente independiente de ella; el CubeSat OreSat 0 (Oregon Satellite 0) de la Universidad Estatal de Portland; y unos cuantos CubeSat más de los que no se sabe prácticamente nada. Están en una órbita sincrónica al Sol de 525 kilómetros.

El lanzamiento fue contratado por Spaceflight, una empresa que se dedica a gestionar lanzamientos para clientes interesados en colocar cargas útiles en órbita pero que no disponen de los medios para gestionarlo ellos mismos. Es la misma empresa, por ejemplo, que organizó la misión SSO-A, en la que 64 satélites de distintos clientes compartieron viaje al espacio a bordo de un Falcon 9 bloque 5. Ambas empresas han firmado un acuerdo por varios lanzamientos que Spaceflight se encargará de ir rellenando según las necesidades de sus clientes.

Como decía antes conseguir un lanzamiento con éxito era cada vez más necesario para Astra pues este era ya su sexto intento. Y por mucho que su filosofía sea utilizar componentes estándar para sus cohetes y vivir con la certeza de que sus cohetes van a experimentar un porcentaje de fallos más elevado que el de la competencia a cambio de lanzamientos más baratos ya les iba tardando demostrar que son capaces de colocar cargas útiles en órbita.

Rocket 3.3 es un cohete de 11,6 metros de largo diseñado para colocar cargas de entre 25 y 150 kilos en órbita sincrónica al Sol. La primera etapa monta cinco motores Deplhin con bombas eléctricas para los propelentes, igual que el Electrón de Rocket Lab, que también usa bombas eléctricas. La segunda etapa monta un motor Aether que funciona con tanques presurizados de propelentes. Tanto el cohete como el poco equipo de tierra que necesita se pueden transportan en contenedores estándar, lo que les permite lanzar prácticamente desde cualquier sitio en el que haya una superficie plana que soporte el peso de los equipos y que no vaya a salir volando al encender los motores.

La empresa está en Twitter como @Astra.

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