El astronauta Jeff Williams ha entrado por primera vez en el módulo hinchable BEAM de la Estación Espacial Internacional tras haber sido expandido este el pasado 28 de mayo de 2016 con el objeto de comprobar su estado, tomar unas primeras muestras de aire y recoger los datos de los sensores que midieron la expansión del módulo; también empezó a instalar los sensores de radiación, impactos y temperatura.
BEAM expandido; es casi imposible de fotografiar desde dentro de la Estación por donde está instalado
Llevaba puestas unas gafas y una máscara por si acaso durante el lanzamiento y posterior expansión se hubieran desprendido partículas que pudieran estar flotando, pero por lo visto el módulo estaba impoluto y sin condensación en las superficies interiores a pesar de que estaba frío; de hecho la temperatura de la mampara exterior era de unos 7 grados centígrados, tal y como estaba previsto.
Williams dentro de BEAM
Los datos recogidos serán enviados a Bigelow para su análisis, igual que lo serán los que vayan recogiendo los sensores que Williams y sus compañeros terminarán de instalar en los próximos días; a partir de ahí dejarán cerrado el módulo y entrarán unas seis o siete veces al año para descargar los datos de los sensores para luego enviarlos a tierra.
Si todo va según lo previsto BEAM estará dos años instalado en la EEI para recoger datos del comportamiento de un módulo como este con la idea de que en el futuro se puedan acoplar módulos ya completamente funcionales a la EEI o a otras naves que vayan a ir más allá de la órbita terrestre.