Por @Wicho — 1 de marzo de 2024


Imagen tomada por una de las cámaras de a bordo de Odiseo – Intuitive Machines

Desde hace unas horas el aterrizador Odiseo de Intuitive Machines está en reposo sobre la superficie de la Luna. La esperanza es que, con un poco de suerte, pueda despertar pasada la noche lunar, que dura dos semanas terrestres, el Sol vuelva a incidir sobre sus paneles solares. No es fácil porque no tiene ningún tipo de calefactor que pueda evitar que sus componentes se enfríen demasiado. Aunque tampoco los tiene el aterrizador japonés SLIM y fue capaz de despertar tras su primera noche lunar.

Odiseo lleva sobre la superficie de la Luna desde el 23 de febrero. Aunque tuvo que aterrizar medio a ciegas porque su altímetro láser no fue configurado correctamente antes del lanzamiento, con lo que no funcionaba. Así que hubo que hacer una ñapa sobre la marcha para que su sistema de navegación utilizara los datos de un instrumento similar de la NASA que iba a bordo del aterrizador.

La pega era que los sistemas de a bordo de Odiseo no podían procesar en tiempo real los datos que recibían del instrumento de la NASA, con lo que los últimos minutos de descenso fueron prácticamente a ciegas. Y por eso aterrizó con demasiada velocidad vertical y, sobre todo, horizontal. Entre la velocidad vertical –volcar en la Luna es seis veces más fácil que en la Tierra– y que una de sus patas quizás tropezó contra una roca, rompiéndose, Odiseo terminó de lado sobre la superficie de la Luna, como se puede ver en la foto de arriba.


Odiseo con la pata ya rota y los motores aún en funcionamiento segundos antes de posarse sobre la Luna – Intuitive Machines

Esto hizo que, por un lado, las comunicaciones con él fueran complicadas porque su antena de alta ganancia, la que es capaz de mayor velocidad, no apuntaba hacia la Tierra. Y una de las otras emitía contra la superficie de la Luna, lo que provocaba interferencias.

Pero además hizo que el principal panel solar de Odiseo no apuntara hacia arriba, con lo que apenas producía electricidad; de ahí que en lugar de las dos semanas que esperaban que estuviera activo haya que haberlo puesto en reposo apenas una semana después de su aterrizaje.

Aunque en cualquier caso la NASA, que pagó 108 millones de dólares para enviar seis instrumentos a bordo de Odiseo, se muestra satisfecha porque todos han podido operar y enviar datos, con independencia de que hayan funcionado menos tiempo y hayan enviado menos datos de los previstos.

Claro que a la agencia tampoco le queda mucho más remedio que poner buena cara: la misión forma parte del programa CLPS (Commercial Lunar Payload Services, Servicios Comerciales de Carga Útil Lunar) de la NASA, mediante el que contrata servicios a bordo de aterrizadores de empresas privadas. Y el primer lanzamiento del programa, producido unas semanas antes del de Odiseo, terminó de forma bastante desastrosa con la incineración del aterrizador Peregrine en la atmósfera terrestre.

Visto lo visto, está por ver si las siguientes misiones del programa CLPS van a mantener sus fechas de lanzamiento o no. Aunque lo más probable es que no y se produzcan retrasos.

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