El 8 de abril de 2016 SpaceX marcó un hito en la historia de la exploración espacial al conseguir recuperar la primera etapa de uno de sus cohetes tras un lanzamiento orbital haciéndola aterrizar en una plataforma flotante a varios cientos de kilómetros de la plataforma de lanzamiento.
Su objetivo con esto es abaratar los costes del acceso al espacio, ya que revisar y volver a cargar de combustible la primera etapa de un cohete es mucho más barato que usar una nueva en cada lanzamiento, aunque ún falta por ver cuanto trabajo real supone volver a ponerla en condiciones de vuelo y cuantas veces se puede reutilizar cada una para poder acabar de echar las cuentas.
Este vídeo resume el proceso que ha seguido SpaceX para conseguir esto: las primeras pruebas con el Grasshopper y el F9R; las primeras pruebas para hacer dar la vuelta a la primera etapa después de haber cumplido su parte y hacerla amerizar de manera más o menos suave; los primeros intentos de aterrizaje real en barcazas; el primer aterrizaje de vuelta a Cabo Cañaveral; más intentos en barcazas, y, por fin, el éxito.
Aterrizar en barcazas, de todos modos, es una solución temporal: la idea es, según la eficacia de los motores vaya aumentando, conseguir volver siempre a tierra, ya que es mucho más fácil aterrizar en una plataforma que no se mueve.