Beresheet, el aterrizador con destino a la Luna diseñado por la empresa israelí SpaceIL, ya está en Florida, listo para ser integrado con el resto de las cargas con las que compartirá lanzamiento en un Falcon 9 en principio el próximo 19 de febrero.
Es producto del Google Lunar X-Prize, que si bien terminó sin que ninguno de los grupos participantes consiguiera colocar su sonda en la Luna, sirvió para que SpaceIL pudiera reunirlos fondos necesarios para construir el aterrizador y financiar su lanzamiento, aunque la empresa estuvo a punto de quebrar.
Como tal se trata de un vehículo la mar de sencillo, pues la competición «sólo» pedía que el vehículo aterrizara y se moviera luego 500 metros, enviando fotos y vídeos de alta resolución durante el proceso. Así que aparte de cámaras Beresheet sólo lleva un magnetómetro que le servirá para medir el campo magnético de la Luna en el Mar de la Serenidad, que es donde está previsto que aterrice. También lleva un reflector láser proporcionado por la NASA que quizás en el futuro, junto con otros más, sirva para establecer puntos de referencia para naves que orbiten la Luna. La sencillez del aterrizador hace que tampoco lleve ningún sistema de control de temperatura, con lo que no se espera que sobreviva más que un par de días antes de morir de calor.
Aunque el lanzamiento está previsto para mediados de febrero Beresheet no llegará a su destino antes de finales de abril debido a que va a usar la asistencia gravitatoria de la Tierra para alcanar a órbita lunar, así que es posible que la misión india Chrandrayaan 2 le gane por los pelos si no vuelve a ver retrasado su lanzamiento.
Así que está en juego el convertirse en el cuarto país que coloca un aterrizador de una pieza en la superficie de la Luna tras la Unión Soviética, los Estados Unidos y China. Pero independientemente de eso si todo va bien Beresheet será la primera misión financiada con fondos privados que alcance la Luna.