Como viene siendo habitual –aunque no deberíamos considerarlo rutinario nunca– SpaceX se ha apuntado otro lanzamiento sin problemas de uno de sus Falcon 9. La primera etapa de este en concreto era la tercera vez que iba al espacio y ha sido recuperada en el Of Course I Still Love You. Elon Musk ha dicho que será utilizada una cuarta vez para la prueba en altura del sistema de escape de la Crew Dragon.
Así que el satélite de comunicaciones indonesio Nusantara Satu y el microsatélite experimental S5 del Laboratorio de investigación de la Fuerza Aérea (Air Force Research Laboratory, AFRL), que va sujeto a él, van felices hacia su posición en órbita geoestacionaria.
Pero como ya hemos dicho con anterioridad la estrella de este lanzamiento, aunque en realidad era una carga secundaria, es el aterrizador lunar israelí Beresheet.
Ahora mismo está en una órbita de unos 250×69.400 kilómetros, lo que le serviría de más bien poco para llegar a la Luna. Pero ir de paquete es lo que tiene. Sin embargo usando la gravedad de la Tierra y su motor irá aumentando paulatinamente el apogeo –la distancia máxima a la Tierra de su órbita– hasta alcanzar los 400.000 kilómetros el 20 de marzo. La Luna está a una distancia media de la Tierra de 384.400 kilómetros, con lo que en esa órbita puede alcanzarla. El truco está en sincronizar todo de tal forma que Beresheet y la Luna se acerquen lo suficiente como para que el tirón de la gravedad lunar junto con el motor de la nave le permitan dejar la órbita terrestre y entrar en órbita alrededor de la Luna:
La captura de Beresheet por parte de la gravedad lunar está prevista para el 4 de abril, aunque tendrá que circularizar su órbita antes de intentar aterrizar el día 11 de ese mismo mes.
Si consigue aterrizar de una pieza será no sólo la primera misión israelí a la Luna -lo que convertiría además a Israel en el cuarto país, tras la URSS, los Estados Unidos y China, en poner una nave sobre la superficie de nuestro satélite– sino que será además la primera misión privada en aterrizar en la Luna. Salvo que la India se ponga mucho las pilas y consiga lanzar la Chandrayaan 2 a principios de abril, aunque parece poco probable teniendo en cuenta el historial de retrasos que acumula ya esa misión. En ese caso Israel sería el quinto país en colocar una nave sobre la superficie de la Luna, aunque Beresheet seguiría siendo la primera misión privada a nuestro satélite.
De todos modos antes de llegar a eso Beresheet tiene que sobrevivir a las distintas fases de su viaje –y ya están teniendo problemas con los seguidores de estrellas, y sin seguidores de estrellas no hay guiado, y sin guiado no hay misión– así que ya veremos qué pasa. Yo, así a ojo, les doy 2/3 de posibilidades de éxito.
La misión está en Twitter como @TeamSpaceIL.