La Estación Espacial Internacional tiene fecha de caducidad a finales de esta década – Oleg Novitskyi/Roscosmos
Hace unas semanas la NASA pidió propuestas para estaciones espaciales privadas que puedan sustituir a la Estación Espacial Internacional cuando haya que retirarla. Estos días han salido a la luz dos nuevas propuestas en esa línea: Orbital Reef y Starlab.
Orbital Reef es una propuesta de Blue Origin y Sierra Space con la colaboración de Boeing, Redwire Space, Genesis Engineering Solutions y la Universidad Estatal de Arizona. La idea es que sea una estructura de uso compartido por parte de clientes de todo el mundo para llevar a cabo investigaciones y desarrollos comerciales en microgravedad, así como turismo espacial.
Tiene un diseño modular ampliable en el que a los módulos centrales, que serán construidos y lanzados por Blue Origin, se pueden acoplar otro módulos con distintas funcionalidades y capacidades. Estos serán construidos por Sierra Space, que también pondrá su nave tripulada Dream Chaser para llevar y traer personas de la estación. Boeing se encargará del módulo científico, del funcionamiento de la estación, de la ingeniería de mantenimiento, y pondrá también la cápsula tripulada Starliner para complementar a la Dream Chaser. Genesis Engineering Solutions diseñará y construirá la nave espacial individual que se puede ver en el vídeo y que será utilizada para paseos espaciales tanto de mantenimiento y construcción de Orbital Reef como para turismo espacial.
La idea es que la configuración base de Orbital Reef, que necesitará cuatro lanzamientos, esté en servicio en la segunda mitad de esta década… lo que parece de un optimismo inusitado teniendo en cuenta que el cohete New Glenn de Blue Origin aún no ha volado; que la Dream Chaser tampoco está en servicio y que la primera versión en volar será la de carga; y que la Starliner no deja de dar problemas.
Aunque un detalle interesante es que estará en una órbita compatible con la de la Estación Espacial Internacional (EEI), lo que permitiría transferir equipos o incluso módulos entre ambas estaciones al final de la vida útil de la EEI.
Está en Twitter como @OrbitalReef.
Starlab es una propuesta bastante más modesta por parte de Nanoracks, Lockheed Martin y Voyager Space que consiste en un gran hábitat inflable de unos 8 metros de diámetro con capacidad para cuatro personas que será construido por Lockheed Martin y un nodo de acoplamiento metálico. También cuenta con un módulo de potencia y propulsión de 60kW que genera electricidad mediante paneles solares, un brazo robot para manejar carga y cargas útiles externas, y un laboratorio de última generación para albergar investigación avanzada, ciencia y capacidad comercial. En total Starlab medirá 17 metros de largo.
El sistema de soporte vital permitirá que esté permanentemente ocupada hasta por cuatro personas. La tripulación dispondrá de 340 metros cúbicos de volumen habitable frente a los 916 de la Estación Espacial Internacional (EEI). Aunque 22 metros cúbicos serán para cargas útiles, un volumen similar al de la EEI.
El laboratorio estará dividido en cuatro áreas principales: un área de biología, un área de habitabilidad de plantas, un área de ciencias físicas e investigación de materiales y una zona de bancos de trabajo abiertos.
Starlab, que busca estar operativa en 2027, sólo necesitará un lanzamiento para empezar a funcionar. No han especificado con qué cohete pero es de suponer que se pueda adaptar a cualquier lanzador activo actual.
No hay que olvidar que estas dos propuestas se unen a la propuesta de Axiom Space ya conocida desde hace tiempo, y a algunas más que aún no han sido anunciadas pero que en total son como una docena. Todas ellas buscan recibir financiación por parte de la NASA.
La agencia las evaluará para llevar a cabo antes de fin de año entre dos y cuatro adjudicaciones por un total de entre 300 y 400 millones de dólares. Más tarde en una segunda fase, la agencia compraría servicios de las estaciones espaciales comerciales, convirtiéndose potencialmente en su cliente de lanzamiento.
La pregunta en este caso, además de la viabilidad tecnológica de las propuestas, es si seguirán adelante con ellas en caso de que la NASA no las escoja. La única que por ahora parece claro que sí es la de Axiom, pues ya estaba en marcha antes de que la NASA anunciara sus planes para comprar servicios en estaciones comerciales.
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