No hay todavía muchos detalles acerca de la misión, pero después de más de un año desde su anterior y espectacular prueba Blue Origin ha llevado a cabo el séptimo lanzamiento de un cohete New Shepard junto con su cápsula de pasajeros.
La diferencia es que en esta ocasión se trataba de una nueva generación del New Shepard –signifique esto lo que signifique– y que la cápsula tripulada por fin tenía ventanas de verdad –las más grandes del espacio según la empresa, con un tamaño de 80 centímetros de ancho y un metro veinte de alto– y no pintadas como la cápsula que había volado hasta ahora.
La carga útil del lanzamiento, aparte de la cápsula, ha sido un dummy bautizado Mannequin Skywalker convenientemente instrumentado para comprobar que los futuros pasajeros del New Shepard no sufrirán más incomodidades de las necesarias y 12 experimentos comerciales, educativos y de investigación sin especificar.
La velocidad máxima de ascenso ha sido de Mach 3,74 mientras que la velocidad del cohete al tomar tierra fue de algo menos de 11 kilómetros por hora y la de la cápsula de unos 1,5. Eso sí, la altitud máxima del nuevo New Shepard ha sido de 99,27 kilómetros y la de la Crew Capsule 2.0 ha sido de 99,39, con lo que ni uno ni otra han llegado, técnicamente, al espacio.
Pero es otro paso adelante más para que Blue Origin pueda empezar con los vuelos suborbitales tripulados.
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