A finales de junio Boeing hizo una prueba del sistema de escape de su futura cápsula tripulada y aunque los motores funcionaron como estaba previsto al apagarlos hubo una fuga de combustible.
No está claro si el problema está en los procedimientos –podría ser algo tan sencillo como cambiar el orden en el que se abren y cierran algunas válvulas, por ejemplo– o si el problema es de diseño, lo que tendría consecuencias más graves, ya que obligaría a hacer cambios en el sistema de escape. Boeing por lo visto cree que se trata de lo primero, aunque tendrá que convencer a la NASA de ello. Aunque también cabe la posibilidad de que el origen del problema sea una mezcla de ambas posibilidades.
Este problema podría no tener consecuencias de cara al lanzamiento de una Starliner no tripulada rumbo a la Estación Espacial Internacional, algo que podría ocurrir antes de finales de 2018. Pero desde luego hasta que todo esté claro es imposible que la agencia pueda autorizar una misión tripulada de esta cápsula.
Mientras, la primera Crew Dragon lleva ya unas semanas en Cabo Cañaveral realizando pruebas de integración eon el Falcon 9 que ha de lanzarla.
Por cierto que la NASA ha anunciado que el próximo 3 de agosto a las 17:00, hora peninsular española, hará público quienes irán a bordo de las primeras misiones tripuladas de la Crew Dragon y de la Starliner.