El multimillonario Yuri Milner acaba de presentar Breakthrough Starshot, un proyecto a veinte años vista dotado con 100 millones de dólares que tiene como objetivo desarrollar las tecnologías necesarias para enviar una misión espacial a Alfa Centauri, el sistema estelar más próximo a nosotros, a 4,37 años luz de distancia.
La idea es enviar no una sino cientos de sondas de apenas unos gramos de peso en forma de velas solares de unos cuatro metros de diámetro que llevarán integrada la electrónica necesaria y que serían aceleradas mediante un potentísimo láser formado por varios láseres trabajando juntos que las pondría a una quinta parte de la velocidad de la luz en unas horas, de tal forma que alcanzarían su destino en unos veinte años.
Estos StarChip (que no StarShip) llevarían cámaras, impulsores fotónicos para maniobras, una fuente de energía, y sistemas de navegación y comunicación.
Serían lanzados desde otro satélite nodriza, que llevaría a bordo varios cientos de StarChip, y que cada día soltaría uno para que el mega–láser (en realidad varios láseres trabajando en conjunto) lo impulsara tras haberse recargado desde el lanzamiento anterior.
Es cierto que todas estas tecnologías, en distinto grado de desarrollo, existen; el problema es si en veinte años y tras 100 millones de dólares habrán avanzado lo suficiente como para hacer los StarChip y la misión a Alfa Centauri viables…
Y eso que no he mencionado todavía el pequeño asunto de con qué electricidad van a funcionar los StarChip (podría ser un RTG miniaturizado, material fotovoltaico en la cara de la vela solar que apunta a Alfa Centauri una vez que esté suficientemente cerca), o de cómo van a enviar los datos de vuelta a casa cuando pasen por allí, porque de frenar ni hablamos.
Si hay que ir se va, pero ir «pa ná» es tontería.
Estas dificultades, y algunas otras, así como algunas de las formas en las que se van a intentar solventar, están comentadas en Potential challenges for Starshot.
Pero aunque 100 millones de dólares dan para muchos experimentos y pruebas, no dan para reescribir las leyes de la física y cosas así, ni aunque tengas a tu lado a Stephen Hawking y a Mark Zuckerberg. Además, los 100 millones de dólares son para el desarrollo de las tecnologías necesarias; lanzar la misión real necesitaría una inversión de miles de millones.
Así que creo que tardaremos bastante más de veinte años en estar listos para lanzar nuestra primera misión interestelar y no creo que Breakthtough Starshot llegue nunca a las estrellas.
Pero aún así tengo la esperanza de que esos 100 millones de dólares puedan servir para desarrollar o avanzar tecnologías que agilicen la exploración de nuestro sistema solar, entre otras cosas porque el proyecto nace con el compromiso de publicar los nuevos resultados que obtengan y hacerlos de Acceso abierto.