Primero un equipo de comunicaciones que decidió no funcionar obligó a cancelar el primer intento de lanzamiento del It's Business Time, el cohete Electron que tiene que llevar a cabo la primera misión comercial de la empresa neozelandesa Rocket Lab.
Y un fallo sin especificar en el controlador del motor, que ha decidido ponerse tontito, ha provocado la cancelación del segundo intento de lanzamiento, que estaba previsto para una ventana que iba de las 2:30 a las 6:30 del 27 de junio de 2018. Así que toca esperar de nuevo a que se alineen las condiciones técnicas y meteorológicas para que los cinco microsatélites que forman la carga útil del It's Business Time puedan iniciar su viaje al espacio.
Se trata de dos Lemur-2 de Spire, el Cicero 7 de GeoOptics Inc., NABEO, un demostrador tecnológico para comprobar el funcionamiento de una vela de arrastre diseñada para sacar satélites de su órbita al final de su misión, y el Irvine01, un CubeSat creado por estudiantes de seis institutos de Irvine, California.
Rocket Lab es una de las empresas que quiere revolucionar el mercado de los lanzamientos de cargas pequeñas –hasta 150 kilogramos– con un cohete más barato de operar que la competencia; quiere además establecer una cadencia de lanzamiento de uno cada 72 horas, aunque para eso aún tiene que «engrasar» más sus operaciones.