Por @Wicho — 4 de Julio de 2022

El pasado 28 de junio un cohete Electrón de Rocket Lab puso en órbita alrededor de la Tierra la misión CAPSTONE de la NASA. Pero es una misión que tiene como objetivo entrar en órbita alrededor de la Luna. Así que desde el día de su lanzamiento ha estado cogiendo impulso gracias al motor de la tercera etapa del cohete. Y desde hace unas horas, tras su último encendido, ya viaja hacia la Luna.

Para poder utilizar un cohete pequeño como el Electrón, CAPSTONE está utilizando lo que se conoce como trayectoria de transferencia lunar balística, BLT por sus siglas en inglés. En ella, tras el lanzamiento, la nave espacial queda en órbita alrededor de la Tierra. Pero en sucesivos perigeos –la parte de su órbita más cercana al planeta– se enciende el motor de la etapa superior del cohete para hacer que aumente el apogeo –el punto más alejado del planeta– se su órbita. Y esta mañana, finalmente, se ha llevado a cabo el último encendido, que ha puesto el apogeo de la órbita en 1,2 millones de kilómetros.

Sí, la Luna está a unos 380.000 kilómetros de media de nosotros. No, no es que al Electrón se le haya ido la pinza y haya lanzado a CAPSTONE a tres veces y pico la distancia necesaria. Es que a esa distancia de la Tierra la gravedad del Sol se impone a la de nuestro planeta y a la de la Luna, lo que, ayudado con encendidos en el momento adecuado de sus propulsores, va a hacer que la nave cambie la inclinación de su órbita antes de volver a «caer» hacia la Tierra y la Luna. Y el asunto está calculado de tal forma que cuando CAPSTONE vuelva a pasar a la distancia de la Tierra a la que está la Luna, nuestro satélite estará allí, listo para capturarla cuando sus motores la frenen lo suficiente.

Es, salvando todas las diferencias, como cuando coges impulso mientras te columpias: vas estirando las piernas –enciendes el motor– y encogiéndolas –cuando se apaga y vuelves hacia la Tierra- para ir llegando cada vez más alto. Sólo que en el caso de una trayectoria BLT, cuando estás en el punto más alto posible, saltas del columpio. Hacia algo blando, a ser posible; hacia la Luna en el caso de CAPSTONE.

CAPSTONE, de Cislunar Autonomous Positioning System Technology Operations and Navigation Experiment, Experimento de operaciones y navegación de tecnología del sistema de posicionamiento autónomo cislunar en español, es un satélite de 25 kilos de peso que tiene como objetivo demostrar la estabilidad de la órbita NRHO, de Near-rectilinear halo orbit, Órbita de halo casi rectilínea en español, y el funcionamiento de un sistema de navegación capaz de mantenerla.

En el caso de CAPSTONE la distancia mínima de unos 3.000 kilómetros sobre su polo norte y la máxima de unos 70.000 del polo sur. La ventaja es que es una órbita muy estable en cuanto a la generación de electricidad a partir de paneles solares y en cuanto a la temperatura a la que estará la nave. Además, cuesta muy poco combustible mantenerla porque son prácticamente la gravedad de la Luna y la de la Tierra las que hacen todo el trabajo.

Eso sí, al utilizar la trayectoria BLT la nave tardará aún casi otros cuatro meses en llegar a su destino, así que hasta el 13 de noviembre no llevará a cabo su maniobra de inserción orbital alrededor de la Luna. Cambia tiempo por poder utilizar un cohete más pequeño. Es, por cierto, la primera vez que se intenta colocar una nave aldrededor de la Luna en una órbita de este tipo.

Se puede seguir el desarrollo de la misión en @NASA_Technology.

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