Por @Wicho — 21 de mayo de 2018

Tal y como estaba previsto Queqiao, el satélite que hará de relé de comunicaciones para la misión Chang'e-4 al lado oculto de la Luna, despegaba desde el Centro de lanzamiento de satélites de Xichang en un cohete Larga Marcha 4C a las 23:28, hora peninsular española, del 20 de mayo de 2018.

El satélite se halla ahora en una órbita de transferencia lunar que, con un empujón de la gravedad lunar, lo llevará al punto de Lagrange L2 del sistema Tierra–Luna en 8 o 9 días. Ese es un punto que está a unos 60.000 kilómetros de la superficie de la Luna desde el que podrá estar en contacto con el control de la misión y con el aterrizador prácticamente en cualquier momento. Será la primera vez que se use un satélite en esa órbita para hacer de relé de comunicaciones, una idea propuesta por el especialista en diseño de misiones de la NASA Robert Farquhar hace más de 40 años.

Para ello cuenta con una antena parabólica de 4,2 metros, ya desplegada, y los equipos de comunicaciones necesarios, que serán probados una vez que alcance su órbita de destino. Si todo va bien la misión Chang'e-4 será lanzada en unos seis meses. Y será la primera vez que consigamos aterrizar en el lado oculto de la Luna.

Por su parte los microsatélites gemelos Longjiang-1 y 2, que aprovechaban la potencia extra del cohete para ir de «paquete» en el lanzamiento viajan ya también hacia la Luna, alrededor de la que quedarán en órbita. Su objetivo es observar el cielo a frecuencias muy bajas (1 MHz-30 MHz), correspondientes a longitudes de onda de 300m-10m, que no se pueden estudiar desde tierra debido a la ionosfera.

A bordo de Queqiao va también el instrumento NCLE, de Netherlands Chinese Low-Frequency Explorer, diseñado en colaboración con los Países Bajos, aunque no se activará hasta después del aterrizaje de Chang'e-4.

Este ha sido el lanzamiento orbital número 15 para China en 2018 de los más de 40 que quiere hacer.

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