A las 6:23 de la madrugada, hora peninsular española, del 15 de octubre de 2018 el décimo cohete Larga Marcha 3 del año despegaba con los satélites tipo BeiDou-3M números 15 y 16 del sistema de navegación por satélite chino; son los 39 y 40 en total de Beidou.
Pero a diferencia de lanzamientos anteriores los cuatro propulsores laterales del cohete iban equipados con equipos para grabar su trayectoria con la idea de obtener datos para que, a partir de 2019, estos propulsores y otros similares de otros cohetes chinos utilicen paracaídas para guiar su trayectoria de retorno.
Y es que a diferencia de los lanzamientos europeos o estadounidenses que se hacen hacia el mar o los rusos, que se hacen en principio sobre zonas despobladas tres de los complejos de lanzamiento chinos están tierra adentro y pasan cosas como esta con cierta frecuencia:
It's a Beidou launch so you know what time it is!
— LaunchStuff (@LaunchStuff) 15 de octubre de 2018
WHAT! DID! THE DEBRIS! HIT!!!
ℹ:https://t.co/wp21iSW6Vi pic.twitter.com/6IK8B5yYIF
Si esos paracaídas funcionan como se espera –la idea es similar a la que está utilizando SpaceX para intentar recuperar las cofias protectoras de los Falcon 9– será más fácil evitar «accidentes».
Ha sido el lanzamiento orbital número 28 desde China en lo que va de 2018, año que ya es de récord, pues desde el 26 de agosto, con el lanzamiento número 23 del año, han superado ya el récord de 22 lanzamientos de 2016.