Con un retraso de un día sobre las previsiones iniciales debido a la mala meteorología Blue Origin ha llevado a cabo el duodécimo lanzamiento de un cohete New Shepard. Era el sexto lanzamiento consecutivo de este cohete en particular, el RSS First Step, Nave Espacial Reutilizable Primer Paso, que supera el récord de cinco lanzamientos de su predecesor.
El New Shepard es un cohete diseñado para colocar la cápsula tripulada que lo corona en una trayectoria suborbital que permitirá a sus ocupantes experimentar unos minutos de ingravidez –en realidad de caída libre– y traspasar la línea de Kármán, que la Federación Aeronáutica Internacional considera el límite del espacio.
A bordo de la cápsula, la RSS H. G. Wells, no iba todavía nadie sino unos cuantas cargas útiles de pago que incluían la número cien que viaja en un New Shepard, dos proyectos de arte ganadores de un concurso convocado entre estudiantes de colegios e institutos de los Estados Unidos y miles de postales enviadas por jóvenes de todo el mundo como parte del «Club para el Futuro» de Blue Origin, una organización sin fines de lucro destinada a ayudar a motivar a los estudiantes a seguir carreras en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas. La cápsula alcanzó una altura máxima de 106 kilómetros.
Aterrizaje del cohete y de la cápsula – Blue Origin
El cohete aterrizó a los siete minutos y 25 segundos del lanzamiento. La cápsula a los diez minutos y 16 segundos.
Lo que no se sabe todavía es cuándo se producirá la primera misión tripulada ni qué precio tendrán los billetes para estos vuelos. Pero mucho se tienen que torcer las cosas para que en 2020 no veamos esa primera misión tripulada.
Blue Origin, por cierto, es propiedad de Jeff Bezos. Sí, el de Amazon. Y está en una dura pugna con Virgin Galactic –de Richard Branson– por llevar al espacio los primeros turistas espaciales. La empresa de Bransos lleva quizás una cierta ventaja porque su VSS Unity ya ha volado al espacio un par de veces, la segunda de ellas con tres personas a bordo. Pero Virgin Galactic está utilizando ahora la definición de astronauta que se aplica en los Estados Unidos que pone el límite en los 80 kilómetros, en vez de los 100 km de los que hablaba al princpio. Así que casi se puede decir que se está haciendo trampas al solitario.