Por @Wicho — 28 de Septiembre de 2016

Elon Musk ha presentado por fin su plan para hacer de la humanidad una especie multiplanetaria, con primera parada en Marte. Y es un plan ambicioso, muy ambicioso. Probablemente demasiado ambicioso.

La idea es construir un enorme cohete –más grande que los Saturno V del programa Apolo– bautizado oficialmente como Mars Vehicle y antes conocido con el sobrenombre de Big Fucking Rocket, Cohete Jodidamente Grande.

Dotado con 42 motores Raptor tendrá la capacidad de poner en órbita baja terrestre cargas de hasta 550 toneladas.

El cohete es jodidamente grande
El cohete es realmente grande

Esta capacidad será usada para lanzar unas enormes naves de 49,5 metros de largo y 17 de diámetro con capacidad para más de cien personas en su versión tripulada o de 450 toneladas en la versión de carga, naves que tendrán que esperar en órbita a que les sigan otras naves–tanque para cargar el combustible necesario para el viaje a Marte.

Según las posiciones relativas de la Tierra y Marte en el momento del lanzamiento serán necesarias entre tres y cinco naves–tanque para que la nave con destino a Marte tenga el combustible suficiente para este viaje.

Repostando en órbita
Repostando en órbita

Una vez cargado el combustible el viaje durará una media de 115 días –de nuevo, dependerá de las posiciones relativas de los planetas– hasta llegar a Marte y aterrizar en vertical. Una vez allí un sistema no especificado comenzará a generar combustible para que la nave pueda volver a la Tierra con el objetivo de ser reutilizada.

De hecho todos los componentes del sistema son reutilizables: el lanzador hasta mil veces (sí, 1000, un uno con tres ceros detrás), los tanqueros 100, y las naves tripuladas y de carga hasta doce veces.

Arquitectura del sistema
Arquitectura del Interplanetary Transport System

Todo esto supone tal cantidad de desafíos técnicos –no digo que sean insuperables, ojo– que es difícil saber por dónde empezar a ponerle peros, en especial si tenemos en cuenta que Musk habla de empezar las pruebas de la nave que viajará a Marte en 2018 y del BFR (me gusta mucho más ese nombre) en 2019 con el objetivo de hacer un primer lanzamiento a órbita terrestre en 2020 y los primeros con destino a Marte en 2022.

Primer encendido de un Raptor
El primer encendido de un motor Raptor se produjo apenas unos días antes de la presentación del Interplanetary Transport System

Para dar un poco de perspectiva, el Falcon Heavy, un cohete mucho más pequeño que el BFR y que usará «sólo» 27 motores Merlin acumula ya cuatro años de retraso sobre los planes iniciales; no hay que olvidar tampoco que SpaceX ha perdido dos Falcon 9, uno en una explosión al poco de despegar y otro en la plataforma de lanzamiento, y es un cohete mucho más sencillo que el BFR.

No está claro tampoco cual será el sistema de soporte vital que permita a 100 personas vivir en una nave espacial durante cuatro meses –y nadie ha hablado de cómo vivirán sobre Marte una vez allí– ni de los problemas que supondrá la radiación a la que estarán expuestos durante el viaje.

Del tema de aterrizar en Marte sin estamparse contra el suelo no dijeron nada más allá de que la nave utilizará su cuerpo sustentador y sus motores para frenar y planear; tampoco está claro qué sistema se usará para producir combustible en Marte.

Y seguro que me dejo algo por el camino.

Como decía Iván Rivera en Twitter, y creo que está siendo excesivamente optimista, «a lo que diga Musk de plazos, multiplicad por dos y sumad dos. Eso dará el mejor de los casos».

Los más que seguros retrasos en la ejecución de este plan tienen otro problema añadido: ahora mismo Elon Musk está claramente al mando de su empresa, pero si en el futuro su posición en ella se ve debilitada, se retira, o fallece, no está claro que sus sucesores vayan a mantenerlo. A fin de cuentas hará falta mucho dinero para ejecutarlo –aún contando con ayudas a través de la NASA– y SpaceX es una empresa y como tal tiene como objetivo ganar dinero para sus accionistas; él mismo exponía esa preocupación durante la presentación.

Pero en cualquier caso, por soñar que no quede.

En Júpiter

De lo de ir a otros mundos, algo que la nave propuesta por Musk es por lo visto capaz de hacer, hablamos otro día.

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