Por @Wicho — 18 de Junio de 2018

Dos imágenes separadas por 45 años

Hemos hablado en varias ocasiones del Lunar Orbiter Image Recovery Project (Proyecto de Recuperación de Imágenes de los Lunar Orbiter, LOIRP). Es una iniciativa que tiene como objetivo rescatar las imágenes tomadas por las cinco sondas de la serie Lunar Orbiter entre 1966 y 1967 antes de que se pierdan para siempre, pues están almacenadas en unas cintas magnéticas sólo compatibles con los lectores Ampex FR-900, que llevaban años descatalogados cuando el proyecto se puso en marcha.

Y los resultados nos parecían asombrosos, tal y como se puede ver en la imagen de arriba, que compara una imagen tomada por el Lunar Orbiter 1 el 23 de agosto de 1966 con la misma imagen procesada por el LOIRP. Los avances en electrónica y en software de procesado de imágenes tras casi medio siglo obraban milagros.

De hecho citando a la NASA (las negritas son mías): «A finales de la década de 1960, la NASA envió cinco sondas Lunar Orbiter a fotografiar la superficie de la luna y así conseguir una mejor comprensión del entorno lunar como preparación para el programa Apolo. Los datos se registraron en cintas magnéticas y se transfirieron a película fotográfica para su análisis científico. Cuando estas imágenes se recibieron por primera vez de la órbita lunar, sólo una parte de su resolución real se podía aprovechar debido a la limitada tecnología disponible

Pero según se puede leer en McMoon: How the Earliest Images of the Moon Were so Much Better than we Realised las imágenes recibidas de las Lunar Orbiter tenían una resolución del copón.

Emosido engañado

Resulta que las Lunar Orbiter tomaban sus imágenes en película de 70mm que revelaban a bordo –como aquellos laboratorios de revelado rápido de hace 20 años, pero en órbita lunar– y las mandaban a tierra por radio sin compresión tras escanearlas con una resolución de 200 líneas por milímetro. Tenían tal calidad que, en términos actuales, cada una de ellas podía ocupar unos 2 GB.

Mosaico con imágenes de las Lunar OrbiterSe recibían en fragmentos de 1,58×0,4 metros con los que la NASA montaba mosaicos de 12×14 metros sobre los que los astronautas paseaban –eso sí, tras descalzarse para no estropearlos– para familiarizarse con la superficie de la Luna. Incluso usaban lupas para estudiar las imágenes debido a la gran calidad de estas.

Entonces, ¿por qué eso de que «la limitada tecnología disponible»? Pues porque ni la NASA ni el gobierno de los Estados Unidos querían que la Unión Soviética pudiera imaginar la capacidad que tenían de obtener imágenes con tal grado de detalle; por eso las copias que circularon en público tenían esa pinta tan chunga: habían sido bajadas de calidad a propósito.

Así que no es por quitar mérito al trabajo del LOIRP, que lo tiene, y mucho, en especial al haber evitado que esas imágenes se perdieran… pero la calidad ya estaba ahí aunque casi nadie lo supiera.

(Vía Boing Boing).

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