Por @Wicho — 22 de abril de 2024


Pablo tras recibir su parche de Alexander Gerst, el mentor de su grupo; sus alas de astronauta de Daniel Neuenschwander, el director de Exploración humana y robótica de la ESA; y con su diploma esperándolo en manos de Josef Aschbacher, el Director ejecutivo de la ESA – ESA TV

Poco más de un año después de haber empezado su entrenamiento la promoción de astronautas de la Agencia Espacial Europea (ESA) de 2022, seleccionada de entre las aproximadamente 22.500 personas que se postularon, acaba de graduarse. Así que ya son oficialmente astronautas de carrera de la ESA. Forma parte de ella Pablo Álvarez, el primer nuevo astronauta español en mucho tiempo. Así que como no todos los días se gradúa un astronauta español nos hemos ido al Centro Europeo de Astronautas (EAC) en Colonia para hacerle una entrevista.

Pregunta – ¿Cuál ha sido la parte más difícil del entrenamiento?

Respuesta – Creo que la parte más difícil es la variedad de disciplinas que tienes que abarcar. Desde la parte teórica, en la que hemos tenido biología, comportamiento y rendimiento humano, ingeniería aeroespacial con todos los sistemas espaciales que te puedas imaginar, hemos tenido partes de mecánica orbital, de astronomía, de cosmología, sistemas de la Estación Espacial, materiales, estructuras…

P – Y ruso.

R – Hemos tenido ruso. Hemos tenido que aprender ruso. Fueron casi dos mes de intensivo en ruso para poder aprender el mínimo. Mientras sigan las cosas igual con Rusia en principio ningún astronauta europeo volará en la Soyuz pero en la Estación Espacial Internacional sí que tienes que convivir con cosmonautas.

P – ¿Y la parte más sorprendente?

R – Pues quizás la parte más sorprendente fue el vuelo parabólico y la primera sensación de microgravedad. Lo hicimos hace una semana y está muy, muy reciente. La primera parábola, cuando te despegas del suelo y de repente estás flotando y los brazos no reaccionan igual y las piernas… Es como que nada pesa. Es increíble. Tienes que aprender a moverte otra vez, es como volver a aprender a caminar de alguna forma también.

P – Ya empieza a quedar lejos, pero, ¿cual dirías que fue la parte mas difícil del proceso de selección?

R – Quizás la primera y la segunda rondas. Siendo muy distintas fueron muchos exámenes.

La primera era más a nivel técnico y de cómo funcionaba tu cabeza, pruebas psicométricas. Fueron casi once horas de pruebas. Y la segunda eran más a nivel psicológico pero también estuvimos aquí diez horas con muchas pruebas distintas, con muchas entrevistas, psicólogos, psiquiatras, tests que tenías que rellenar.

Quizás esa es la parte más dura del proceso de selección: todo seguido para asegurarse de que rendías igual de bien al principio que al final, que eres capaz de mantener esa concentración durante muchas horas bajo presión y situaciones inesperadas continuamente.

P – Si no estoy equivocado cuando decidiste estudiar ingeniería aeroespacial no tenías pensado ser astronauta. ¿Cuándo y por qué tomaste la decisión?

R – Yo había soñado con ser astronauta de pequeño, pero como cualquier otro niño, ¿no? No había dicho en ningún momento «yo voy a ser astronauta.» Claro, ¿qué niño no dice yo también quiero cuando le dicen que puede salir del planeta o que ha habido gente en la Luna? Hubo una época de pequeño que estaba apasionado por el espacio y que me encantaba. Pero a medida que creces ves que hay muy poca gente que ha salido.

Luego, cuando yo tenía diez años voló Pedro Duque por primera vez y la segunda vez cuando yo tenía catorce. Recuerdo verlo y pensar «si este es el primer español que lo consigue, ¿cómo de difícil es esto?» No lo ves como una opción realista, igual que tampoco voy a ser futbolista. Pues voy a ser ingeniero que está muy bien. Y como me encanta todo lo que vuele, ingeniero aeronáutico. Pero nunca pensé que podría llegar a convertirme en astronauta.

Si recuerdo mirar en 2013 o 2014 alguna vez qué hacía falta para ser astronauta. Pero claro, vi que habían seleccionado gente en el 98 y en 2009 y no había tampoco nada planeado; no es algo que pase todos los años.

Luego lo vi en 2021 cuando sacó la convocatoria la Agencia Espacial Europea, me apunté, sobreviví a los 18 meses de selección, y ahora ya llevo un año de entrenamiento, me acaban de dar las alas, que de momento son las alas de plata, aunque cuando vuele ya serán un poquito más doradas.

Pero bueno, ya estoy dentro del cuerpo de astronautas, así que un pasito más cerca.

P – ¿Cómo de complicado es lo de «negociar» con la familia lo de ser astronauta, pues a fin de cuentas no deja de ser una «profesión de riesgo»? ¿Te ha causado problemas?

R – No ha sido fácil, aunque sí que me han apoyado siempre.

Pero ha ido cambiando la percepción que ellos tenían. Por ejemplo mi madre al principio estaba muy asustada cuando me apunté y poco a poco ha ido apoyándome más. Pero mi padre fue al revés. Al principio era «ah, sí, apúntate.» Yo creo que no tenía muchas esperanzas y según iba pasando se iba asustando más.

Y ahora están muy orgullosos. Creo que el orgullo un poco compensa ese miedo. Pero bueno, ese miedo va a estar ahí cuando me suba a un cohete así que intento explicarles todo lo que puedo todo lo que va a venir y que sean también conscientes de que hoy en día es mucho más seguro que en los 70. Sigue siendo peligroso y tienen que saber los riesgos que tiene.

Pero es cierto que veces tengo la sensación de que la decisión que he tomado puede ser un poco egoísta. Porque voy a ser el que está disfrutando de eso, el que va a subir al espacio, es un riesgo mío… Pero si las cosas van mal los que van a sufrir son ellos.

Lo he hablado mucho con ellos, de todas formas.

P – Recuerdo haber leído –y se ha repetido hoy– que esperas ser asignado a una misión de seis meses a la Estación Espacial Internacional. ¿Sigue siendo así?

R – Sí, el primer objetivo es una misión de seis meses a la Estación Espacial Internacional. Es mucho tiempo a bordo y con muchas cosas que hacer. Tienes que estar muy preparado para incluso hacer algún paseo espacial; hace falta un entrenamiento específico para ella.

¿Alguna idea de para cuándo?

R – Antes de 2030 vamos a volar los cinco europeos que nos hemos graduado hoy. Pero no sabemos todavía el orden. La primera oportunidad será a partir de 2026.

P – ¿Qué opinas del acuerdo con Axiom y similares que permite que exista una vía rápida para acceder a la EEI, aunque sea a cambio de que sean misiones cortas?

R – Son misiones con otro objetivo. Son dos semanas y son misiones que se centran exclusivamente, en el caso de las misiones privadas que se hacen a través de la ESA, en experimentos científicos. Da tiempo a formar un astronauta en el uso de Columbus, el laboratorio europeo, pero no en toda la parte de actividades extravehiculares y mantenimiento. Es como una formación reducida. Lo que no quita para que no sean misiones en las que se puede aprovechar bien el tiempo y hacer mucha ciencia, lo que las hace muy interesantes. Son una nueva opción que la ESA está explorando y seguro que va a haber más astronautas europeos que vuelen así.

Sirven para aprovechar al máximo los recursos que da la Estación, aprovechando huecos entre cambios de tripulaciones o momentos en los que no hay que atender una nave de carga; aprovechas un hueco y una oportunidad.

Sirven también para potenciar la parte comercial en la que la NASA está también muy interesada, y también de cara a la creación de estaciones espaciales privadas. Axiom ya está muy avanzada en la fabricación de los módulos de la suya, que al principio serán acoplados a la EEI.

P – Más allá de estar contento con la creación de la Agencia Espacial Española, como imagino que estás, ¿qué ventajas crees que va a traernos su existencia?

R – Creo que lo más importante, al menos desde el punto de vista de la ESA, es tener una única voz y un organismo que pueda organizar todas las actividades espaciales que se hacen, algo que anteriormente estaba muy repartido entre distintos ministerios.

Es muy importante de cara a tener una estrategia común y saber hacia dónde queremos ir como país. Y aprovechar esa sensación tan buena que me causa ahora mismo el sector espacial en España: el Miura 5 –casi se me caían las lágrimas viendo como subía el primer Miura 1–; estamos haciendo el LSTM (Land Surface Temperature Monitoring, un satélite del programa Copérnico) que es el primero [del programa] que se está liderando desde España; la misión ARRAKIHS

Hay un montón de start-ups, tenemos también empresas grandes, y tenemos un rango enorme de posibilidades que por fin ya tienen con quien hablar y quién los apoya.

Se va a desarrollar también una ley del espacio española.

Creo que se están haciendo las cosas muy bien, aunque por supuesto esto tiene que venir apoyado de inversión y apoyo político a largo plazo, que es quizás la parte en la que en España vamos un poquito más atrás que el resto. Aunque creo que también veo ese interés en la clase política de invertir en ciencia aunque sea una inversión a largo plazo en la que tardas en ver los resultados.

Es invertir en nuestro futuro: cómo vamos a estar el día de mañana, qué empresas vamos a tener en España, qué trabajos de valor añadido, y cómo nos vamos a posicionar en esta economía del espacio que cada día está creciendo más.

P – Imagino que para quien lee Microsiervos no hace falta explicarlo mucho pero, ¿por qué crees que es necesario que sigamos enviando personas al espacio?

R – La exploración está en nuestros genes y la respuesta sencilla es porque podemos y porque vamos a hacerlo y siempre vamos a ir un paso más allá.

Pero lo que estamos aprendiendo es mucho, también sobre nuestro propio cuerpo: cómo reacciona a la microgravedad, cómo nos recuperamos a la vuelta, cómo podemos desarrollar fármacos en microgravedad que es imposible desarrollar aquí en la Tierra, o distintos materiales… Todo eso al final va a revertir en nuestra calidad de vida aquí en la Tierra.

Aunque aparte de eso, ha habido cientos de misiones a la Luna. Tripuladas sólo seis. Y son las únicas que recuerda el gran público. Y si me apuras sólo el Apolo XI. Hay algo de conexión emocional cuando va alguien que no está cuando envías un robot; el factor humano es fundamental para mantener el interés.

Y luego está el que por mucho que haya avanzado la inteligencia artificial aún no hay nada que nos supere a la hora de reaccionar frente a imprevistos. Esa capacidad de adaptación, esa capacidad de tomar decisiones en el momento, esa capacidad de improvisación, de poder solucionar cualquier problema es única todavía al ser humano y puedes hacer mucho más en una misión humana debido a esa capacidad de adaptación que una misión robótica no tiene.

Los saltarines

Parche del grupoJunto a Pablo se han graduado Sophie Adenot, de Francia; Rosemary Coogan, del Reino Unido; Raphaël Liégeois, de Bélgica; y Marco Sieber de Suiza. Con esta promoción se ha formado también la australiano/británica Katherine Bennell-Pegg, que es la primera persona no de la ESA en graduarse en el EAC.

Durante la celebración han recibido su parche como miembros del grupo The Hoppers, Los saltarines, nombre que ha sido escogido por los astronautas ya activos. Alexander Gerst, que ha actuado como mentor del nuevo grupo, dijo que tenía que ver como saltaban de las clases a su despachos todo el rato; con la presencia de una australiana en el grupo… y alguna otra cosa que dijo que hoy no nos iba a explicar.

También han recibido sus alas plateadas de astronauta y un certificado que dice que ya lo son.

Es el primer grupo de astronautas de la ESA que se gradúa desde 2009. Sumados a los seis que hay en activo de anteriores grupos el cuerpo de astronautas de la Agencia Espacial Europea está ahora formado por once personas.

Si sumamos a quienes recibieron plaza como reservas, de los que Marcus Wandt ya ha ido a la EEI en la misión privada Axiom AX-3 y al paraastronauta John McFall la ESA dice sentirse preparada para lo que venga en el futuro en lo que se refiere a la exploración espacial tripulada.

La formación de Los saltarines durante su entrenamiento se ha dividido en estos grandes bloques:

  1. Introducción. Que proporciona una primera orientación a los candidatos a astronauta en la que reciben una visión general de las principales naciones que realizan actividades espaciales, sus agencias espaciales (con especial énfasis en la Agencia Espacial Europea), así como de los principales programas espaciales con y sin tripulación. El derecho espacial y los acuerdos intergubernamentales que rigen la cooperación mundial en el espacio completan este primer bloque de formación.
  2. Fundamentos. Que proporciona conocimientos básicos sobre diversas disciplinas técnicas y científicas. Este bloque lleva a todos los nuevos candidatos a astronauta, que tienen diferentes antecedentes profesionales y experiencia, a una base mínima común de conocimientos en temas de relevancia para su futura carrera como astronauta. Trata disciplinas técnicas como ingeniería de vuelos espaciales, ingeniería eléctrica, aerodinámica, propulsión, mecánica orbital, materiales y estructuras, y también incluye una introducción a disciplinas científicas como la investigación en fisiología humana, biología y ciencias de los materiales en condiciones de ingravidez, observación de la Tierra, astronomía y otras.
  3. Sistemas y operaciones espaciales. Que proporciona una visión detallada de todos los sistemas a bordo de la EEI como por ejemplo, estructura y diseño de la EEI, guiado, navegación y control, control térmico, generación y distribución de energía eléctrica, mando y seguimiento, sistemas de soporte vital, sistemas robóticos, sistemas para actividades extravehiculares, sistemas de carga útil; así como de los principales sistemas de las naves espaciales que prestan servicio a la Estación, como los vehículos tripulados comerciales estadounidenses (SpaceX y Boeing), y también incluye sistemas terrestres como centros de desarrollo y pruebas, centros de lanzamiento, formación y centros de control.
  4. Habilidades especiales. Que se centra en la formación de habilidades especiales importantes, como las operaciones robóticas genéricas, el encuentro y el acoplamiento de naves espaciales, el idioma ruso, el comportamiento y el rendimiento humanos y, por último, el buceo como primera preparación para la formación en actividades extravehiculares o paseos espaciales.

Ahora les queda, como nos confirmaba Pablo, esperar una asignación a una misión concreta y empezar a entrenarse para ella.

La cuenta de la ESA relacionada con las misiones tripuladas es @esaspaceflight.

No quiero terminar esta anotación sin dejar de dar las gracias a la ESA por habernos dejado estar hoy en el Centro Europeo de Astronautas para ver la graduación de Pablo y el resto de su promoción. Es una de esas cosas increíbles que cuando empezamos con el blog allá por 2003 jamás pudimos imaginar que nos sucederían. Y a Pablo por su paciencia y amabilidad.

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