Por @Wicho — 7 de octubre de 2024

Aunque la meteorología no era la más prometedora hace unas horas un Falcon 9 de SpaceX ha lanzado la misión Hera de la Agencia Espacial Europea (ESA) rumbo al sistema binario formado por los asteroides Dídimo y Dimorfo. El objetivo es estudiar los efectos del impacto de la misión DART de la NASA contra el segundo el 26 de septiembre de 2022.

Originalmente Hera tenía que haber estado allí antes de la llegada de DART para poder seguir en directo el impacto y estudiar sus efectos inmediatos. Pero por problemas a la hora de conseguir la financiación necesaria Hera no ha despegado hasta esta tarde. Así que va a llegar allí cuando la fiesta ya se ha acabado.

De hecho Hera lleva, en una forma u otra, en estudio desde 2004. Pero no consiguió la financiación hasta 2019. Y aquí hay que romper una lanza por el equipo de la misión, que no sólo consiguió lanzarla en cuatro años desde la firma del contrato sino que además lo hizo pandemia de covid mediante y por debajo del presupuesto. De hecho el que hayan lanzado sin gastarse todo el presupuesto ha permitido poner en marcha RAMSES.

La descripción
Impresión artística de Hera y sus cubesat en las proximidades de Dimorfo – ESA

En total Hera monta 12 instrumentos que permitirán averiguar la masa y la composición interna de Dimorfo, lo que permitirá determinar cómo de eficiente fue el impacto de DART más allá de saber, como ya sabemos, que en efecto desvió su trayectoria y cambió su forma. Eso nos permitirá tener unos cálculos fiables que permitirían escalar misiones como DART a asteroides de distinto tamaño. Por aquello de si algún día detectamos uno que venga hacia nosotros y que amenace con hacernos un Chicxulub. O, aunque no amenace con causar nuestra extinción, que amenace con hacernos pupita.

Además, tendremos imágenes y mediciones de todo tipo del aspecto del cráter y de Dídimo y Dimorfo tras el «bombardeo» por parte de DART.

A Hera, de todos modos, aún le quedan un poco más de dos años de camino antes de llegar a su destino, lo que se estima que se producirá el 28 de diciembre de 2026. Se estima porque no está claro al 100 % el entorno que se va a encontrar la misión en las proximidades de Dídimo y Dimorfo, con lo que a lo mejor hay que ajustar la aproximación.

En cualquier caso el objetivo es permanecer al menos seis meses operando en sus proximidades, tiempo durante el que serán liberados los cubesat Milani y Juventas, que ayudarán con el estudio de los dos asteroides. De nuevo el momento exacto de su liberación dependerá de lo que se encuentre el equipo de la misión una vez allí. Aunque si todo va bien el equipo de la misión cree que podrán extender la misión.

Una bola extra de la misión es que de paso que hace un sobrevuelo de Marte para modificar su trayectoria Hera podrá dedicar un tiempo a estudiar Deimos, una de las lunas del planeta, lo que, aparte de para aprender cosas, que siempre está bien, servirá de ensayo general de los instrumentos que van a bordo.

El lanzamiento de hoy no dependía, en cualquier caso, sólo de la meteorología. Y es que ante el fallo de la segunda etapa del Falcon 9 que lanzó la tripulación Crew-9 hacia la Estación Espacial Internacional el pasado día 28 la Administración Federal de Aviación (FAA) de los Estados Unidos ha solicitado una investigación que mientras esté en marcha impide los lanzamientos del Falcon 9 o del Falcon Heavy.

Pero dado que la segunda etapa del lanzamiento de Hera no necesitaba hacer un segundo encendido porque iba a utilizar todo su combustible en poner Hera en una trayectoria interplanetaria la FAA autorizó de forma especial y específica este lanzamiento.

La primera etapa del cohete, por cierto, era la B1061, que volaba en su misión número 23 y última porque debido a las necesidades del lanzamiento era imposible que se intentara su recuperación, así que hoy ha terminado su carrera.

La misión está en Twitter como @ESA_Hera.

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