Tanto la Agencia Espacial Europea como la NASA tienen montones de satélites en órbita terrestre, además de la Estación Espacial Internacional, que cada día generan cantidades ingentes de datos que hay que transmitir a tierra para su almacenamiento y posterior procesamiento.
Por eso están trabajando activamente en aumentar el ancho de banda del que disponen para bajarse todos esos datos.
La ESA acaba de empezar a utilizar el European Data Relay System, o Sistema de Retransmisión de Datos Europeo, que mediante conexiones láser permite a sus satélites en órbita baja terrestre comunicarse con las estaciones de tierra durante más tiempo en cada una de sus órbitas ya más velocidad.
En concreto es el satélite medioambiental Sentinel-1A el que ha empezado a usar este sistema de transmisión de datos, lo que le da la capacidad de transmitir datos casi en tiempo real, lo que es especialmente importante en casos de crisis humanitarias debidas a desastres naturales, incendios o similares.
Para cuando EDRS esté completo la ESA dispondrá de la capacidad de recibir hasta 50 terabytes de datos al día desde órbita baja terrestrre, a una velocidad pico de unos 1800 megabits por segundo.
La NASA, por su parte, está mejorando su Space Network, o Red del Espacio, que es la que mantiene comunicada la Estación Espacial Internacional y otras misiones en órbita terrestre, para duplicar su capacidad hasta unos 56 terabytes al día, con velocidades pico de unos 300 megabits por segundo, aunque con enlaces de radio.
Lo que no hay mucho modo de arreglar es la velocidad de recepción de datos de las misiones que están en el espacio profundo, ya sea a través de Estrack, la red de la ESA dedicada que se encarga de eso, o de la Deep Space Network de la NASA; las sondas están tan lejos que es inevitable recibir sus datos a velocidades mucho más bajas para que las interferencias no acaben con ellos.
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