Por @Wicho — 17 de agosto de 2020

Apenas pasada la medianoche del 15 al 16 de agosto de 2020 un Ariane 5 ECA despegaba del Espaciopuerto de Kourou para poner tres satélites en órbita de transferencia geoestacionaria. Fue el primer lanzamiento europeo desde el parón impuesto por la pandemia de coronavirus en marzo.

El lanzamiento se llevó a cabo sin problemas y el Galaxy 30 (G-30), el MEV-2 y el BSAT-4b se dirigen ya a a su órbita de trabajo. El G-30 es un satélite de telecomunicaciones de Intelsat que dará sevicio a América del Norte. El BSAT-4b dará cobertura de señales de televisión 4K/8K al archipiélago japonés.

Pero sin duda la carga útil más interesante del lanzamiento es el MEV-2 de Northrop Grumman. MEV viene de Mission Extension Vehicle, Vehículo de extensión de la misión. Se trata de un satélite diseñado para acoplarse a otro que se haya quedado sin combustible pero que conserve todos sus demás sistemas intactos. La idea es, como su propio nombre indica, extender la vida útil de esos satélites usando los motores y el combustible del MEV-2 para controlar su órbita.

Es el segundo de este tipo lanzado por Northrop Grumman. El MEV-1 ya está acoplado al Intelsat 901 desde febrero de 2020 y se espera que prolongue su vida útil en al menos cinco años. El primer cliente del MEV-2 será el Intelsat 10-02.

El Intelsat 901 visto dese el MEV-1 antes del acoplamiento - Northrhop Grumman
El Intelsat 901 visto dese el MEV-1 antes del acoplamiento - Northrhop Grumman

El cohete, por su parte, estrenaba una nueva cofia protectora modificada específicamente para el lanzamiento del Telescopio Espacial James Webb, lanzamiento que si no hay nuevos retrasos se producirá en octubre de 2021.

La modificación consiste en nuevo hardware que garantiza que los puertos de ventilación que hay en la base de la cofia permanecen completamente abiertos durante todo el lanzamiento. Esto asegura que la presión en el interior de la cofia sea la misma que en el exterior antes de abrirse y caer. La modificación se ha hecho porque había una cierta preocupación de que la presión de aire residual en los pliegues de las membranas del escudo solar del telescopio quizás podría causar altas tensiones en el momento de la separación del carenado que pudieran causar algún daño.

Este ha sido el quinto lanzamiento del año por parte de Arianespace. Se ha colado al del Vega VV16 que fue aplazado en junio debido a las condiciones meteorológicas. Ahora mismo su lanzamiento está previsto para el 1 de septiembre.

A bordo de ese Vega irán 53 satélites en lo que es el primer lanzamiento compartido por Agencia Espacial Europea. Uno de ellos es el UPMSat-2 «Unión», el segundo satélite artificial de la Universidad Politécnica de Madrid.

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