Depués de que tanto el aterrizador como el rover hayan sobrevivido a su primer mediodía en la cara oculta de la Luna, durante el que las temperaturas pueden alcanzar los 200 ºC, las autoridades chinas han declarado la misión Chang'e 4 como un éxito. Claro que según como lo mires ahora que han activado los instrumentos de a bordo de ambos es cuando se podría considerar que comienza la misión.
Sus objetivos científicos son medir la temperatura de la superficie de la Luna, la composición del regolito lunar y de las rocas, hacer experimentos de radioastronomía libres de cualquier interferencia terrestre, estudiar los rayos cósmicos y observar la corona solar.
Para ello entre el aterrizador y ell rover llevan ocho instrumentos que incluyen varias cámaras, espectrómetros, un radar para estudiar la Luna por debajo de la superficie, un dosímetro para medir radiación, y un instrumento que medirá cómo interactúa el viento solar con la superficie de la Luna. El aterrizador además lleva una especie de terrario en el que se estudiará el crecimiento de plantas y gusanos de seda.
Además de comunicar el éxito de la misión también han hecho públicas unas cuantas imágenes, entre ellas la primera que Yutu, el rover, toma del aterrizador, en la que además se ven las huellas que ha ido dejando sobre la superficie de la Luna al moverse desde la parte trasera de éste a la delantera;
la primera de Yutu tomada con la cámara de alta resolución del aterrizador; y el primer panorama en 360º del sitio del aterrizaje.
Y también tenemos, por fin, el vídeo del aterrizaje:
De lo que no hay imágenes todavía es del «terrario» con plantas y gusanos de seda que hay en el interior del aterrizador, aunque por lo visto está funcionando correctamente y ya hay una decena de imágenes en tierra.
Hay que recordar que esta misión no sería posible sin el satélite Queqiao, que hace de relé de comunicaciones entre el control de la misión y la cara oculta de la Luna desde una órbita sobre la Luna. Y hay que recordar también que es la primera misión que hacemos aterrizar suavemente en la cara oculta de la Luna. En este sentido –lanzamiento, aterrizaje y puesta en marcha– no es nada exagerado por parte de las autoridades chinas haberla declarado un éxito.