Aplazado desde diciembre de 2018 por unos problemas con el equipo de tierra que hubo que solucionar el 23 de enero de 2019 Blue Origin llevaba a cabo el décimo lanzamiento de un cohete New Shepard con su cápsula diseñada para llevar hasta seis personas al espacio, aunque de nuevo viajaba no tripulada.
A diferencia del lanzamiento anterior, en el que la empresa probó el funcionamiento del sistema de escape, en esta ocasión la idea era volar una misión absolutamente normal, objetivo cumplido sin ningún problema
El lanzamiento se produjo a las 16:05, hora peninsular española, y la cápsula alcanzó una altitud máxima de 106,9 kilómetros, claramente por encima del límite tradicionalmente aceptado del espacio, como se encargó de recordar varias veces Ariane Cornell durante la retransmisión en directo sin citar directamente a nadie aunque es claro que se refería a Virgin Galactic.
A bordo iban ocho experimentos de la NASA que tocaban tierra 10 minutos y 11 segundos después cuando la cápsula terminaba su misión frenada por sus paracaídas y los cohetes que se disparan instantes antes de tocar tierra. Le ganó el cohete, que aterrizó a los 7 minutos y 27 segundos.
Era el cuarto lanzamiento tanto para el cohete, que es el tercer New Shepard construido, como para la cápsula, que es la segunda.
Blue Origin ya está ingresando algo de dinero al llevar a bordo de la cápsula los experimentos de la NASA, aunque la fuente real de ingresos serán aquellas personas que quieran experimentar durante unos minutos lo que es estar en caída libre en el espacio.
En estos momentos Blue Origin calcula que podrá empezar los lanzamientos tripulados a finales de 2019, aunque dicen que van sin prisas, tal y como indica el lema de la empresa, gradatim ferociter, que según Jeff Bezos quiere decir «paso a paso ferozmente»… o en versión más castiza «vísteme despacio que tengo prisa».
Si cumplen los plazos podríamos ver como en 2019 se estrenan ni más ni menos que cuatro naves espaciales tripuladas estadounidenses: la Dragon 2 de SpaceX y la Starliner de Boeing como naves capaces de entrar en órbita y la StarShipTwo de Virgin Galactic –si sobrepasa los 100 kilómetros de altitud– además de la cápsula de la New Shepard.
La empresa sigue también trabajando en el desarrollo del New Glenn, su cohete orbital, cuyo primer lanzamiento está previsto para 2021.