Por @Wicho — 27 de julio de 2024

Esta mañana un Falcon 9 despegaba desde el Complejo de lanzamiento 39A del Centro Espacial Kennedy en lo que marca la vuelta al servicio del cohete desde el fallo de la segunda etapa de otro Falcon 9 el pasado día 12. Esto es un récord de rapidez en la suelta al servicio de un cohete tras un fallo. Pero la Administración Federal de Aviación (FAA) de los Estados Unidos ha dejado claro que el fallo en cuestión y por tanto el Falcon 9 y el Falcon Heavy, que usa la misma segunda etapa, está aún bajo investigación.

De hecho el lanzamiento se ha hecho bajo una provisión que permite a la FAA autorizar la vuelta al servicio del cohete sin que haya terminado la investigación si se puede considerar que el fallo no supone ningún peligro para el público. Y a más de 100 kilómetros de altitud parece claro que eso se cumple. Más aún cuando la primera etapa de aquel lanzamiento aterrizó sin problemas de vuelta en el espaciopuerto flotante Of Course I Still Love You.

En el lanzamiento de esta mañana todo ha ido a la perfección: la primera etapa B1069, que volaba en su misión número 16, aterrizó en el Just Read the Instructions y podrá volar de nuevo. Y la segunda etapa colocó sin problemas y en la órbita prevista los 23 satélites Starlink que llevaba a bordo como carga útil.

SpaceX ya ha identificado el origen del fallo de la segunda etapa del lanzamiento del día 12: fue una fuga de oxígeno causada por la ruptura de un conducto en el que hay un sensor de presión del sistema de oxígeno. Al parecer la abrazadera que lo sujeta no estaba lo suficientemente apretada con lo que las vibraciones del lanzamiento lo rompieron, provocando la fuga.

El oxígeno vertido enfrió de más el motor, que al hacer su segundo encendido para circularizar la órbita antes de liberar los satélites resultó dañado al arrancar en condiciones fuera de de parámetros. Y eso le impidió cumplir con su tarea. Aunque lo peor de todo es que ese sensor es redundante y SpaceX lo puso ahí un tiempo atrás a petición de un cliente. Así que la empresa ya ha decidido que va a dejar de montarlo.

La empresa tiene programados para mañana mismo otros dos lanzamientos de otros tantos lotes de satélites Starlink en sendos Falcon 9. Si también salen bien cumpliría con el requisito de la NASA y otras agencias gubernamentales estadounidenses de que un cohete tiene acumular al menos tres lanzamientos con éxito para poder hacer lanzamientos para ellas.

Eso, siempre a expensas de lo que diga la FAA, podría permitir el lanzamiento de la cápsula de carga Cygnus 21 el próximo 3 de agosto, de la misión compartida Transporter-11 el día 15, y de la tripulación Crew-9 el día 18, que es la fecha con la que cuenta la NASA. Y eso sólo por citar algunas de las múltiples misiones que SpaceX tiene previstas para su cohete.

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