Por @Wicho — 11 de octubre de 2018

El fallo de uno de los cuatro propulsores de la primera etapa del cohete Soyuz-FG que tenía que haber puesto en órbita la cápsula tripulada Soyuz MS-10 ha obligado a abortar la misión. En el vídeo se aprecia, sobre el minutos 2:15, la sacudida a la que se ven sometidos cuando se produce el fallo del propulsor.

Todo parece indicar que uno de los cuatro propulsores laterales de la primera etapa golpeó la segunda etapadurante la separación, lo que produjo una pérdida de presión en el propelente. De hecho tras la separación los tripulantes informaron de que estaban en caída libre en lugar de bajo impulso.

Así que ha habido que activar los motores de escape de la cofia protectora de la cápsula –la torre de escape ya había sido eyectada– que separaron la Soyuz MS-10 de la segunda etapa del cohete y la colocarn en una reentrada balística. Una reentrada balística es, básicamente, dejar caer la cápsula con el impulso que lleva en cuanto se apagan los motores de escape y a plomo, sin poder usar su fusejale para generar algo de sustentación y suavizar la maniobra. Así la cápsula aterrizó unos minutos después del lanzamiento a unos cientos de kilómetros de la plataforma, a unos 20 kilómetros al este de Dzhezkazgan, en Kazajistán.

Los equipos de rescate se pusieron de camino en cuanto estuvo claro que sería necesaria su intervención y llegaron junto a ellos unos 90 minutos después de lanzamiento, poniendo en pie la cápsula y ayudándoles a salir de ella. Afortunadamente la Soyuz cumplió su misión principal, que no es la de poner a sus tripulantes en órbita sino la de protegerlos pase lo que pase ytanto Aleksey Ovchinin como Hague están bien.

Pero desde luego este fallo llega en un momento muy delicado para Roscosmos, en especial tras el debacle del agujero de la Soyuz MS-09 que no debía estar allí.

Y es un serio problema para la Estación Espacial Internacional porque, a diferencia de las naves de carga que la mantienen provista de los suministros necesarios para su funcionamiento, no existe ninguna alternativa viable en servicio a las cápsulas Soyuz Tripuladas para enviar nuevos tripulantes.

Además los tres tripulantes que quedan ahora en la EEI tendrán que volver a Tierra antes de final de año porque las Soyuz sólo están certificadas para permanecer 200 días en el espacio. Así que podría darse la circunstancia de que la Estación Espacial Internacional quede vacía por primera vez desde que el 2 de noviembre de 2000 la Soyuz TM-31, con Yuri Gidzenko, Sergei Krikalev y William Shepherd a bordo, atracara en ella.

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