A mediados de enero de 2019 Irán intentó llevar a cabo el tercer lanzamiento de un cohete Simorgh, que habría sido el segundo con una carga útil real, pues el primero de los lanzamientos fue uno de prueba suborbital. E igual que el segundo lanzamiento la cosa salió mal.
Simorgh es un cohete de dos/tres etapas diseñado para colocar 350 kilos en una órbita de 500 kilómetros y representa un avance considerable respecto al Safir, que tiene una capacidad de unos 50 kilos y que por ahora lleva una carrera mejor, con cuatro lanzamientos con éxito, dos fallidos y uno desconocido.
En esta ocasión el lanzamiento tenía como objetivo colocar en órbita el satélite de observación terrestre Payam-e, construido por la Universidad Tecnológica Amir-Kabir. Pero según la información hecha pública por el programa espacial iraní la tercera etapa no consiguió la velocidad suficiente, con lo que el lanzamiento fracasó.
Irán no es un país en el que mucha gente piense a la hora de hacer una lista de países con un programa espacial, pero ahí está. Incluso tiene un modesto programa espacial tripulado, aunque ahora mismo está paralizado.