Hace unas horas Rusia lanzaba desde el Cosmódromo de Plesetsk el tercer cohete Angará A5 en la que se suponía que iba a ser el último lanzamiento de prueba de este cohete antes de su entrada en servicio. Pero la nueva etapa superior Persei no llevó a cabo el segundo de los encendidos programados de su motor, con lo que la misión ha sido un fracaso parcial. Afortunadamente no llevaba ninguna carga útil sino un simulador de masa que en los próximos día se desintegrará en la atmósfera al haber quedado a una altitud mucho menor de la prevista.
La familia de cohetes Angará es la primera diseñada en Rusia tras la caída de la Unión Soviética. Tiene como objetivo hacer lanzamientos de entre 2 y 23 toneladas con las diferentes configuraciones disponibles. Pero lleva en desarrollo desde 1992. Así que menos mal que hay alternativas. Su primer lanzamiento, un lanzamiento suborbital de un Angará 1.2, ocurrió en julio de 2014. El segundo, en diciembre de ese año, fue un lanzamiento orbital de un Angará A5. Pero luego hubo que esperar a diciembre de 2020 para volver a ver volar un A5.
Está previsto que el Angará 1.2 sustituya al Rokot para lanzamientos militares, mientras que el Angará A5 hará lo propio con el Protón y, en caso necesario, al Zenit, para otro tipo de lanzamientos.
El lanzamiento de ayer usó una etapa suprerior Persei, que es una versión moderna de la Blok-DM-03 que se usa con los cohetes Protón cuando es necesaria. Aunque el Angará A5 también es compatible con la ya probada etapa superior Briz-M. Así que Rusia podría decidir poner en servicio el Angará A5 con etapas superiores Briz-M si fiera necesario. Sólo que, aparte de tener un sistema de guiado más preciso y moderno, La Persei tiene la ventaja de que usa keroseno y oxígeno como propelentes en lugar de la combinación de tetróxido de dinitrógeno y dimetilhidrazina asimétrica (N2O4/UDMH) de la Briz-M, dos compuestos altamente tóxicos y cancerígenos.
Así que a ver qué decisión se toma, porque a Rusia le interesa especialmente su entrada en servicio porque permite el lanzamiento de satélites pesados a órbita geoestacionaria desde el cosmódromo de Plesetsk, lo que les evita tener que llevar satélites militares «confidenciales» al cosmódromo de Baikonur que, recordemos, no está en Rusia. También es el cohete que tendrá que lanzar la futura cápsula tripulada PTK NP Orel.
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