Un amerizaje a 625 kilómetros al oeste Baja California a las 16:36 del 13 de enero de 2018 puso fin a la misión de la cápsula de carga Dragon CRS-13.
Deja a bordo de la Estación Espacial Internacional 2.205 kilos que incluyen suministros para la Estación y sus tripulantes así como instrumentos que han quedado montados en el exterior de la EEI como el Total and Spectral solar Irradiance Sensor, destinado a medir la cantidad de luz solar en distintas longitudes de onda que llega a la atmósfera para ver cómo la afecta; el Atmosphere Space Interactions Monitor, que estudiará las capas más altas de la atmósfera; y el Space Debris Sensor, destinado a medir y caracterizar impactos de basura espacial de pequeño tamaño contra la EEI.
Se ha traído de vuelta 1.850 kilos de carga. Incluyen 108 kilogramos de efectos personales de tripulaciones anteriores, 321 kilos de equipos para paseos espaciales para su renovación y puesta a punto en tierra, 281 kilogramos de hardware de la propia Estación para que sea inspeccionado, renovado o eliminado, según toque, 16 kilos de material informático, y 913 kilogramos de investigaciones científicas en forma de muestras guardadas en congeladores que llevan a bordo las Dragon y en bolsas de frío así como diversos experimentos realizados que se esperan en tierra para el análisis posterior al vuelo. También vienen a bordo veinte ratones que han sido tratados con una medicina que se espera que pueda frenar o incluso revertir la atrofia muscular que sufren los astronautas en misiones de larga duración.
Terminada su vida útil hace ya algún tiempo dentro del «maletero» de la Dragon iba el instrumento ISS-RapidScat que midió los vientos sobre los océanos de la Tierra entre septiembre de 2014 y agosto de 2016 y que se ha desintegrado en la atmósfera junto con el maletero, que es la única parte de la Dragon que no vuelve a tierra.
Aunque SpaceX diseñó las Dragon desde el principio para ser reutilizables ésta es aún la segunda misión en la que la NASA ha autorizado el uso de una cápsula previamente utilizada, ya que hasta ahora exigía el uso de cápsulas nuevas. Así, la Dragon C108.2 es la misma que había sido utilizada para la misión CRS-6 en abril–mayo de 2015. La C108.2 acumula en total 66 días en el espacio, 29 de ellos en la misión recién terminada.
Pero además el Falcon 9 FT que lanzó la misión CRS-13 utilizó una primera etapa que también había volado antes, en concreto para lanzar la Dragon CRS-11 en junio de 2017, algo que era la primera vez que la NASA autorizaba. Esta primera etapa volvió a ser recuperada tras el lanzamiento.
Así que en esta misión se usó tanto material previamente utilizado como es posible, lo que es bueno para SpaceX tanto desde el punto de vista de los costes como desde el punto de vista de que da más solidez a su idea de reutilizar todo lo que se pueda.
Y en otra primera ocasión para esta misión esta ha sido la primera vez en la vida operativa de las Dragon en la que la liberación de la cápsula de la Estación no fue llevada a cabo por los tripulantes de ésta sino por un equipo de controladores en Houston que se encargaron de manejar el brazo robot de la Estación en remoto, aunque en la EEI dos astronautas seguían la operación de cerca desde el puesto de control que hay en la Cúpula por si acaso.
La idea es que con el tiempo tanto la captura de las cápsulas de carga como su liberación sea llevada a cabo desde tierra, lo que permitiría tener sólo a un astronauta ocupado de supervisar el proceso en lugar de dos. El acople y desacople de las Dragon, las Cygnus y las H-II hace tiempo que se realizan en remoto.
La próxima cápsula de carga que visite la Estación Espacial Internacional será la Progress MS-08, cuyo lanzamiento está previsto para el 11 de febrero, aunque las Progress atracan automáticamente en la EEI, sin necesidad de que las capture el brazo robot de la Estación.
Mientras tanto el NRC Quest (en la foto su gemelo el American Islander) navega ya rumbo al puerto de Los Ángeles para poder entregar el material urgente que viene a bordo de la Dragon CRS-13 en el plazo de 48 horas desde su partida de la EEI que estipula el contrato. El resto de la carga será procesada cuando la Dragon llegue a la factoría de SpaceX en Hawthorne, Texas, a donde viajará en tren. También aprovecharán para pintar otro icono de la Estación Espacial Internacional en su fuselaje.