Por Nacho Palou — 28 de septiembre de 2017

El vídeo de la ESA hace un recorrido por una imagen panorámica (esta imagen, obtenida con el telescopio espacial Hubble de la NASA) de la galaxia NGC 4490. Se trata de una antigua galaxia en espiral que quedó desaparramada y dispersa por el universo tras colisionar con otra galaxia vecina más pequeña, la NGC 4485.

El momento captado por la imagen es posterior a la colisión, cuando la bronca ya ha pasado y ambas galaxias han retomado cada una su camino. «Pero la gravedad es implacable y ambas galaxias probablemente volverán a encontrarse y a chocar de nuevo dentro de unos pocos miles de millones de años» en lo que se puede describir como el día de la marmota a escala cósmica.

Mientras tanto aquel vis a vis entre galaxias sembró esa parte del universo con nubes de gas y de polvo que son más densas que las propias galaxias que las causaron, creándose en esas nubes las condiciones perfectas para la formación de nuevas estrellas.

En la imagen las manchas rosadas son nubes de hidrógeno ionizado —el hidrógeno es el elemento más abundante en el universo y la materia prima para la mayoría de todo lo que se forma en él— que brillan al ser irradiadas con la luz ultravioleta procedente de las estrellas cercanas que son jóvenes y están más calientes (¡ejem!)

Fuente: Bursting with Starbirth.

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