Por @Wicho — 14 de abril de 2020

A las 6:00:42, hora peninsula española, del 14 de abril de 1970 Jim Lovell, el comandante del Apolo 13, transmitía por radio una de las frases más conocidas de la historia de la exploración espacial: «Houston, hemos tenido un problema.»

La transmisión completa dice «Houston, hemos tenido un problema. Hemos tenido una bajada de voltaje en el bus principal B». Y no hacía sino confirmar lo que Jack Swigert había dicho 26 segundos antes: «Okey, Houston, hemos tenido un problema aquí».

En ese momento aún no lo sabían pero cualquier posibilidad de que el Apolo 13 cumpliera con su objetivo de aterrizar en la zona de Fra Mauro en la Luna se había esfumado. De hecho sus posibilidades de volver con vida de la misión estaban evaporándose por segundos.

Una serie de errores –como suele ser el caso– habían hecho que el tanque de oxígeno número 2 del módulo de servicio hubiera resultado dañado en Tierra meses antes del lanzamiento de la misión. De hecho ese tanque originalmente tenía que haber sido usado en el Apolo 10. El detonante final fue que Swigert, siguiendo las instrucciones recibidas desde Houston, activó un ventilador diseñado para mover los contenidos del tanque con el objetivo de asegurar que las lecturas de los sensores de presión fueran correctas.

Esto provocó una explosión en el tanque que no sólo hizo que se perdiera todo el oxígeno que contenía y arrancó parte del fuselaje sino que además dañó el tanque de oxígeno número 1, que también empezó a perder su contenido.

El módulo de servicio – NASA
Estado en el que quedó el módulo de servicio – NASA

El oxígeno de los tanques no sólo permitía respirar a la tripulación sino que era utilizado por las células de combustible del módulo de mando para generar electricidad. Así que de repente hubo que activar un plan de contingencia en el que se había pensado pero que nunca se había utilizado. Consistía en activar el módulo lunar para usarlo como bote salvavidas y fuente de oxígeno y de electricidad para el resto de la nave.

Dentro de lo que cabe la tripulación del Apolo 13 tuvo suerte en que el accidente ocurriera en el camino de ida a la Luna cuando aún contaban con el módulo lunar y sus reservas de oxígeno. Si hubiera ocurrido en el viaje de vuelta después de haberse deshecho del módulo lunar o incluso con el módulo lunar sobre la superficie de esta no hubieran tenido las reservas de oxígeno y electricidad que les salvaron la vida.

En Apollo 13 in Real-time se puede seguir el desarrollo de la misión en tiempo real con el apoyo de un montón de recursos multimedia.

Aún así la cosa no fue para nada sencilla. El módulo lunar tenía suficiente oxígeno para lo que necesitaban pero no suficientes filtros de CO2 para el tiempo que necesitaban. Sí los tenía sin embargo el módulo de mando. Aunque eran físicamente incompatibles. Por eso hubo que «McGyverear» un adaptador. El sistema eléctrico del módulo lunar tampoco estaba diseñado para mantener en funcionamiento también el módulo de mando; por eso hubo que apagar el módulo de mando y la mayoría de los sistemas del módulo lunar y luego diseñar sobre la marcha un procedimiento de encendido del módulo de mando al final de la misión que no sobrepasara la potencia eléctrica disponible.

Filtro de CO2 versión McGyver – NASA
Filtro de CO2 versión McGyver. Como no podía ser de otro modo lleva cinta americana – NASA

También hubo que diseñar sobre la marcha una actualización para el software de guiado de las naves: dado que había dudas acerca del estado del motor del módulo de mando se decidió usar el motor del módulo lunar para corregir la trayectoria y traerlos de vuelta a Tierra lo antes posible. Pero los programas no contemplaban tal posibilidad.

Pero a pesar de todas las dificultades a las 20:07:41 del 17 de abril Osissey, el módulo de mando, amerizaba en el Pacífico Sur con sus tres tripulantes más o menos sanos (Fred Haise había desarrollado una infección de orina) y salvos.

Amerizaje de la misión – NASA
Amerizaje de la misión – NASA

Para mí el Apolo 13 siempre ha sido el mayor momento de gloria de la NASA. El Apolo 11 nos llevó por primera vez a otro astro. Y aunque había un montón de incertidumbres y riesgos todo funcionó básicamente como estaba previsto. En el Apolo 13 casi nada fue como estaba previsto y sin embargo las personas que trabajaban para agencia y las empresas que habían contribuido a la misión hicieron un increíble trabajo para traer a casa los tres astronautas.

La NASA ha estrenado el documental que está al principio de la anotación para conmemorar este momento histórico. Y también puede ser un buen momento para ver Apolo 13, la película en la que Tom Hanks hace de Lovell; es una adaptación muy buena y fiel de la historia original.

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